Ya que las cosas se ponen cada vez más negras en torno al futuro de Cataluña, ya hay quien ha pensado que no hay mal que por bien no venga, y aplicando otro dicho de nuestro amplio refranero castellano, ha hecho de tripas corazón y propuesto cambiar Cataluña…por Portugal.
El problema catalán no para, y los medios de comunicación machacan a diario con él. Por tanto un movimiento que propone el trueque entre uno y otro está causando furor en las redes sociales.
No es una idea nueva. Hace ya tiempo se propuso bajo el concepto de ‘iberismo’, que agrupa a todo aquel que aspira a integrar Portugal en un todo peninsular. Esta ideología se remonta al siglo XIX, con el auge de las ideas nacionalistas que desembocaron en el triunfo de movimientos con el Risorgimiento italiano o la Unificación alemana.
El movimiento/ sentimiento existe también entre algunos sectores del país vecino y con el auge del pulso catalán los hay que, muy prácticos ellos, se han dedicado a pensar en las ventajas de un posible cambio. Por ejemplo, el portugués se entiende igual o mejor que el catalán, por lo que tampoco supondría una barrera insalvable. Nuestros vecinos además se esfuezan por hacerse entender ya que les encanta hablar castellano
Los españoles, además, ganaríamos Madeira y las Azores, que serían un complemento ideal para nuestras islas.
Es cierto que perderíamos la Ciudad Condal, Barcelona, pero a cambio se vendrían con nosotros Lisboa y Oporto, que nada tienen que envidiarla.
Se irían de la Liga española el Barça y el Español que serían sustituidos por Benfica y Oporto. Esto supondría la vuelta de Casillas a nuestra competición y que Cristiano Ronaldo jugase con la Selección de Vicente del Bosque. ¡La Roja quizás volvería a ser imparable!
Nos haríamos con todo el mercado luso-hablante del mundo con sus relaciones comerciales ya encauzadas.
Los portugueses son, con mucho, más amables que los catalanes (salvo excepciones).
Se perdería la butifarra, sí, pero a cambio ganaremos el bacalao y el arroz de marisco. Las raciones en sus restaurantes son más abundantes y económicas.
Tendríamos más costa y por tanto más playas. ¿Acaso a alguien le disgusta el Algarve?
Y su folclore es mucho más alegre y entretenido que la sardana.