EL SÍNDROME DE IRAK PERSIGUE AL PP

Rajoy evita hablar de ‘guerra’ y sólo apoyará medidas defensivas contra el ISIS

"No estamos ante una guerra, estamos ante una lucha entre civilización y barbarie", afirma en la cumbre del G-20

Rajoy evita hablar de 'guerra' y sólo apoyará medidas defensivas contra el ISIS
Mariano Rajoy y Vladimir Putin. La Moncloa.

¿El síndrome del ‘No a la Guerra’ persigue aún al Gobierno del PP? Mariano Rajoy no es partidario de unirse a operaciones aéreas ni terrestre contra el Estado Islámico ni de pronunciar la palabra ‘guerra’.

«Para mí la solución es que hubiera un acuerdo entre las grandes potencias: Rusia, Estados Unidos y la Unión Europea y fijar lo que es el objetivo prioritario que es el Daesh», ha afirmado en la reunión del G-20 que se celebra en Antalya (Turquía), situada a unos 700 kilómetros de la frontera siria.

Pese a que Rajoy ha defendido que «hay que estar unidos en la barbarie» y que «todos somos hoy Francia», lo cierto es que el Gobierno sufre del mismo tartamudeo que sufría el pacifista Zapatero a la hora de pronunciar la palabra ‘guerra’ y recurre a las filigranas como ‘barbarie’, ‘hecho repugnante’ o ‘amenaza yihadista’.

«Podemos utilizar los calificativos que queramos -dijo Rajoy este 15 de noviembre de 2015 en alusión a las palabras del presidente francés, François Hollande, y su afirmación de que estamos ante un «acto de guerra»- pero lo que es obvio es que este es un hecho repugnante como lo es todo aquel en el que una persona se erige en propietaria de la vida de otro».

«No estamos ante una guerra, estamos ante una lucha entre civilización y barbarie», afirmó categórico Rajoy. ¿Teme que se le aparezcan los Almodóvar y compañía en las sede del PP como hicieron en 2004 si pronuncia la palabra ‘guerra’?

El tema de sumarse al frente contra el Estado Islámico remueve viejos fantasmas. Prueba de ello es la evasiva respuesta que Rajoy dijo en septiembre de 2014 en referencia a una posible participación de España en la coalición base que, liderada por EE.UU., componen diez países para frenar el avance del Estado Islámico en Irak y Siria. «No conviene adelantar acontecimientos», afirmó, frase que el presidente utiliza cuando quiere eludir una decisión que puede perjudicarle.

¿Y cómo ha combatido este Gobierno hasta la ahora lo que denominan ‘barbarie’? España ha preferido no combatir sino defenderse enviando misiones de entrenamiento y adiestramiento, porque las considera menos peligrosas que las de combate. Son ‘misiones defensivas’, ha destacado repetidas veces el Gobierno ante el miedo de que le saquen la foto de las Azores.

Un ejemplo son los 150 efectivos españoles destacados en Turquía que forman parte del dispositivo de la OTAN denominado «Active Fence» y que tiene como misión la protección de la población y el territorio de Turquía ante la amenaza de misiles balísticos.

Los expertos dudan que estos esfuerzos sean productivos y alejen a España de la mira de los terroristas: «Estas maniobras se han demostrado ya, en Somalia o Afganistán, un esfuerzo poco productivo, demasiado caro y con resultados tan a largo plazo que no vemos en qué ayuda a frenar al Estado Islámico», afirman desde el  Grupo de Estudios Estratégicos (GEES).

Misiones defensivas que revelan hasta ahora una víctima débil para unos psicópatas del odio dispuestos a matar y a morir por sus creencias.

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Autor

Luis Balcarce

De 2007 a 2021 fue Jefe de Redacción de Periodista Digital, uno de los diez digitales más leídos de España.

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