Como decía aquel personaje del ya fallecido Joe Rigoli, en la televisión española de principios de los años 70, que se llamaba Felipito Tacatún… «Yo sigo». Ese mismo, salvando las distancias es Mariano Rajoy, que no ceja en su empeño de la gran coalición y así evitar que los españoles tengan que volver a las urnas el próximo 26 de junio de 2016.
Quien habla por boca del presidente del Gobierno en funciones es Soraya Sáenz de Santamaría quien asegura que van a intentar hasta el final ese gran acuerdo con el PSOE y Ciudadanos, pero también poniendo el acento en que no están para reuniones que sólo sirvan para la foto –Mayte Alcaraz se carcajea del paseo de Sánchez e Iglesias: «Eran el remedo de un vídeoclip de El Corte Inglés»-.
Nosotros vamos a estar ahí hasta el final. No nos vamos a cansar de defender un Gobierno serio y estable. Rajoy ha sido muy claro desde el 21 de diciembre, cuando ya propuso una gran coalición del PP, PSOE y Ciudadanos, y se encontró de forma casi inmediata con el rechazo frontal de Sánchez.
Soraya Sáenz de Santamaría insiste en que:
Para gobernar, esa coalición necesita al PSOE, porque la aritmética es muy tozuda. Y como cualquier opción de Rajoy pasa por el respaldo activo de los socialistas, la negativa de Sánchez a hablar con él le ha llevado a echarse a un lado, esperar y ver si fructifica el pacto entre el PSOE, Ciudadanos y Podemos, o supone otro fracaso.
Lo que tienen claro en Moncloa es que aquí se trata de actuar con seriedad, y no de entretener a la gente durante con reuniones inservibles el mes que queda antes de llegar a la fecha límite del 2 de mayo de 2016, cuando se disolverían las cámaras si no hay Gobierno.
Rajoy tiene claro que todo pasa por tomar la iniciativa y llamar a Pedro Sánchez, pero también esperando a que al líder del PSOE se le pase la cerrazón y el creerse la última Coca Cola del desierto del Gobi.
Y se recalca que:
Aquí no es una cuestión de fotos, sino una cuestión de formar un Gobierno serio, que no cambie de rumbo ahora que la economía se está encauzando.
