Mariano Rajoy no contempla presentarse a una votación de investidura si no cuenta con los apoyos suficientes del Congreso para lograr tal fin.
Y por el momento, no cuenta con esos apoyos y las negociaciones, que Soraya Sáenz de Santamaría describe como «intensas«, parecen enrocadas.
Ante la falta de movilidad en la posición de Ciudadanos, que solo votaría una abstención en la investidura, Rajoy ya estudia un modo de poder disolver las cámaras y convocar nuevas elecciones sin pasar por ese proceso, tal y como marca la Carta Magna.
La Constitución no contempla tal movimiento, ya que solo cuenta con la posibilidad de la disolución de las Cortes una vez se hayan producido,al menos, dos votaciones de investidura fallidas y no haya un nuevo candidato que se presente para tal fin.
El presidente en funciones baraja la opción de que, con un ‘no‘ del PSOE, continúe sin tener apoyos para formar un Gobierno del PP, por lo que ya estudia cómo saltarse una investidura que sería fallida para convocar unas terceras elecciones no más tarde del mes de septiembre.
Según relata este 23 de julio de 2016 el diario El Mundo, los servicios jurídicos de la Moncloa han sugerido la opción de que las cámaras aprobaran su autodisolución en un acto institucional que culminase con una nueva convocatoria electoral firmada por el rey Felipe VI.
Otra opción apuntada por los juristas sería la de que los diputados votaran la modificación del artículo 99 para añadir un anexo referido a esa situación concreta no contemplada. El artículo podría ser modificado con el apoyo de tres quintas partes de los diputados del Congreso.
Esta modificación tendría que establecer plazos nuevos para la convocatoria electoral considerando el caso de que no haya ningún aspirante a ser investido, que es el escenario que baraja Rajoy.
Los juristas están de acuerdo en que estos plazos no podrían ser inferiores a dos meses para respetar en mayor medida la naturaleza de los plazos constitucionales.
