El bloqueo institucional que mantiene Pedro Sánchez que impide a España tener un gobierno podría continuar como mínimo hasta octubre de 2016.
El País publica este 22 de agosto de 2016 un reportaje firmado por Fernando Garea en que apunta que el PSOE solo se planteará revisar su rechazo a la investidura de Mariano Rajoy después de las elecciones autonómicas vascas y gallegas del 25 de septiembre. —El PSOE solo se planteará a partir de septiembre si revisa su posición—
Siempre una vez que en las primeras dos votaciones de investidura (31 de agosto y 2 de septiembre) los socialistas voten no a Rajoy. Hasta entonces no está previsto que se convoque un comité federal, máximo órgano entre congresos del PSOE, que estudie esa posición.
Garea señala a líderes regionales como el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page como los impulsores de ese maniobra.
El PSOE intenta en estos momentos compatibilizar tres noes: el de la investidura de Rajoy, el de las terceras elecciones y el de un Gobierno alternativo con Pedro Sánchez como candidato a presidente. Para salir de ese laberinto, diferentes líderes regionales, como el aragonés Javier Lambán, el valenciano Ximo Puig y la balear Francina Armengol, apuntaron la pasada semana distintas vías.
«Deberá haber un comité federal que tendrá que analizar si se ratifica en su resolución o si pone actualidad al texto aprobado en diciembre y ratificado en julio», sostiene García-Page, en coincidencia con otros líderes regionales. La resolución del comité federal socialista de diciembre y julio estableció el veto a facilitar un Gobierno del PP.
Y el dato clave que da El País es que Sánchez se aferra a la última resolución para no cambiar de postura:
La resolución socialista en vigor fue aprobada el 28 de diciembre y ratificada en julio, antes de que se apuntara el acuerdo que negocian PP y Ciudadanos y que eleva de 137 a 169 (170 si suma a Coalición Canaria) el número de escaños con los que Rajoy contará el día 30. La resolución impide a los socialistas dar un voto favorable o una abstención para permitir que gobierne el PP; y a ella se aferra Sánchez para resistir las presiones para que cambie de posición.