Mientras prefiere estar en la luna con el tema de Pedro Duque y no pasarse de la raya con el asunto de Dolores Delgado en Colombia y otras confidencias, Pedro Sánchez se pavonea por la Gran Manzana con su andar al estilo John Wayne, y apuntando ahora a Cataluña con la amenaza de un posible adelanto electoral. (Rosa Díez: «Dice Sánchez, que gobierna gracias a los votos de bolivarianos, golpistas y pro-etarras, que no acepta chantajes»).
Lo hace, siempre oportuno, en plena campaña de los partidos independentistas en Cataluña por el primer aniversario del referéndum ilegal del 1 de octubre, y no duda en asegurar durante una entrevista en la sede de la agencia Reuters en Nueva York -poco antes de asistir a la Asamblea General de la ONU-, que
«si los independentistas priorizan el conflicto en lugar de la cooperación, entonces la legislatura está acabada, iremos a elecciones».
Sabe que el más que posible conflicto que puede originar el inicio de los juicios a los presos del ‘procés’, puede dejar en agua de borrajas sus deseos de agotar el mandato y llegar al año 2020, pero también ha querido ser realista cuando el entrevistador, el presidente y director de la agencia de noticias Reuters, Stephen J. Adler, le ha preguntado cómo va a sobrevivir políticamente teniendo en cuenta que depende de los independentistas para todas las decisiones, en especial para sacar adelante los Presupuestos.
Resignado, admite que si las cosas siguen así se verá obligado a presentar los Presupuestos con el déficit que contemplaba el PP, y no con 6.000 millones más de margen propuestos por el Gobierno.
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