Se lo contábamos en Periodista Digital hace unos días. La última humillación pública del Rey Juan Carlos a su esposa había supuesto no solo un platón público sino también la soledad de la Reina emérita en un trance muy doloroso que además afectaba directamente a la familia de su esposo (La señora que «escribe bobadas» desvela que la infanta Pilar no se habla con doña Sofía ni con sus sobrinos).
Tal y como les narraba PD, era un plantón en toda regla a su esposa en un acto de agenda sin justificación alguna y e «inexplicable» para la Casa Real. Todo ocurría la pasada semana con motivo del fallecimiento de un importante miembro de la aristocracia europea y para colmo, familia cercana de nuestro Rey Juan Carlos (Conmoción en Casa Real: Don Juan Carlos hunde a Doña Sofía en público y en el peor momento).
Así, estaba previsto que los Reyes eméritos acudiesen al funeral de Henri d’ Orleans (Doña Sofía y la infanta Elena dejan en mal lugar a la reina Letizia en público).
Esos eran los planes iniciales y así había actuado con toda la logística La Zarzuela, pero de manera sorprendente Don Juan Carlos «desaparecía» poco antes de coger el vuelo y era la Reina Sofía quien tenía que volar en solitario y representar a la Casa Real española en el sepelio celebrado en la capital francesa.
Doña Sofía, lejos de aceptar la situación con resignación, «estaba totalmente indignada» por la nueva espantada del Rey emérito, tal y como aseguraban a PD las mismas fuentes.
Y como era de esperar la cosa ha tenido consecuencias. Según fuentes acreditadas próximas a la Casa Real, Doña Sofía ha solicitado formalmente a su hijo, Felipe VI, a través de la Casa de Su Majestad el Rey que «jamás» le hagan coincidir en la agenda institucional oficial con Juan Carlos I.
Sus argumentos son de peso: no puede soportar más plantes y humillaciones públicas y cada vez está más dolorida con la situación y la informalidad -por decirlo de una forma suave- del Rey emérito.
Doña Sofía ha hecho ver que Don Juan Carlos ha incumplido sistemáticamente su promesa, formulada en el día de su 80 aniversario, de rehacer la vida familiar y en público incluso dar muestras de normalidad matrimonial, algo que ni de lejos ha ocurrido pese a las reiteradas peticiones del Rey Felipe hacia su padre.
La situación en tensa e insostenible y la Reina Sofía, con una responsabilidad enorme por la Monarquía y en su papel institucional y de Estado, quiere evitar coincidir públicamente con su marido temerosa de no ser capaz, dado su hartazgo y dolor, de poder disimular un feo gesto público para con el Rey emérito. Doña Sofía pide coincidir únicamente en los actos relacionados estrictamente con la Corona y en los que lógicamente no se puede ausentar.
