Ya les hemos contado al detalle en Periodista Digital los motivos reales del abandono de la vida pública del Rey Emérito Don Juan Carlos. La Casa Real emitía un comunicado, el pasado lunes 27, en el que se contaba su decisión «firme y meditada» de abandonar su actividad institucional a partir del próximo 2 de junio, día en el que se cumplen cinco años de que hiciera pública su voluntad de abdicar.
La información oficial apuntaba en esa única dirección pero fuentes próximas a Palacio reconocían a Periodista Digital otros motivos: Juan Carlos, a sus 81 años, sigue siendo un hombre coqueto y no quiere más fotos incómodas (rostro amoratado) y desea evitar más fotografías apoyándose sobre un bastón, instrumento necesario para caminar que le va a acompañar el resto de sus días.
Las fuentes consultadas por PD aseguran que los médicos del Emérito ya le han dicho que va a perder la movilidad y que esos bastones tendrán que ser reemplazados por una silla de ruedas. Don Juan Carlos no quiere ser recordado con esas, que él considera, lastimosas imágenes.
Aunque en Palacio aseguren que el anuncio de Don Juan Carlos es una decisión, lo cierto es que un hecho ha precipitado los acontecimientos. El Rey Emérito quería ir a la celebración del Día de las Fuerzas Armadas -el próximo sábado 1 de junio a Sevilla-, pero al equipo de su hijo, el Rey Felipe, no le ha parecido buena idea y no le ha permitido. ¿Saben quién estaba detrás de esta decisión? La Reina Letizia que así se lo hizo ver a su esposo, que a su vez trasladó su decisión a La Zarzuela.
Esta ha sido la gota que ha colmado el vaso de cinco años de desprecios y aislamiento que ha vivido el Emérito por parte de Don Felipe pero sobre todo por el comportamiento de Doña Letizia, con él, con Doña Sofía y con las Infantas Elena y Cristina.
Según fuentes cercanas al Emérito, la persona que más ha apoyado a Juan Carlos I en estos meses tan duros ha sido la Infanta Elena. Su hija mayor, compañera de viajes, comidas y toros, lo tiene claro; su padre tenía que dejar de soportar las humillaciones constantes que estaba recibiendo por parte del actual equipo de Zarzuela, con la mirada puesta, claro está, en su odiada cuñada, la Reina Letizia.