Un hombre de Iowa, en Estados Unidos, ha sido condenado a 120 años de prisión, lo que implica una cadena perpetua, por haber violado a una niña desde su nacimiento y hasta que tenía seis años.
El pederasta fotografiaba y grababa estos abusos y, ocasionalmente, los retransmitía en directo por internet («Violamos a la niña, la matamos y tiramos al campo»: ‘El Vaca,’ libre para horror de la UCO).
El hombre, Steven Douglas Crook Jr., que ahora tiene 28 años, abusó sexualmente de la niña, algunas veces con violencia, desde que era un bebé hasta que la policía la rescató de casa del hombre, en marzo del año pasado, cuando tenía seis años.
El pederasta registró, en fotos y vídeos, los abusos a la niña y, en ocasiones, incluso lo retransmitía en directo a través de la aplicación LiveMe. En estos casos, según el departamento de Justicia, animaba a sus seguidores a mirar como violaba a la niña en directo.
Al ser interrogado por la policía, el hombre se justificó diciendo que «sólo» la había violado menos de un centenar de veces. También alegó que tenía ansiedad y agorafobia en un intento de rebajar su condena.
Los investigadores encontraron, en el ordenador del hombre, cientos de fotos y vídeos de sus abusos a la niña, pero no fueron capaces de determinar a cuántas veces correspondían.
La jueza que ha condenado Crook ha calificado sus crímenes de «horrorosos y malvados», y lo ha sentenciado a cadena perpetua porque el hombre es «muy peligroso» para los niños. Además de eso, la fiscalía también ha querido regañar públicamente a las personas que no evitaron estos casos: tanto a la familia, que fue incapaz de detectarlos, como a las personas que los veían por internet y no dijeron nada.
Por otra parte, todavía se está juzgando la novia del ahora condenado por omisión de socorro y por encubrimiento. Según la fiscalía, la mujer habría dejado a la niña con Crook a pesar de haber descubierto previamente los vídeos donde aparecía abusando de la menor.
Y, con respecto a la niña, no se ha revelado ni la relación que tenía con su abusador ni cuál ha sido su destino para proteger su privacidad.
