EL GOBIERNO FRANKENSTEIN

Pedro Sánchez ofrece a Pablo Iglesias darle a Podemos los ministerios de Sanidad, Servicios Sociales y Educación

Pedro Sánchez ofrece a Pablo Iglesias darle a Podemos los ministerios de Sanidad, Servicios Sociales y Educación
Pedro Sánchez (PSOE) y Pablo Iglesias (PODEMOS). PD

Los equipos negociadores de Sánchez e Iglesias ultimaban anoche la conformación del que probablemente será en las próximas horas el primer Gobierno de coalición de nuestra democracia, un Ejecutivo estilo ‘Frente Popular’..

No es una buena noticia para España que el PSOE necesite a Podemos para gobernar, ni lo es que un partido en declive, con un liderazgo caduco y fiel exponente de lo peor del comunismo, vaya a acaparar mucho más protagonismo del que las urnas le otorgaron.

Es poco relevante dirimir si el vencedor de esta negociación a horas de la sesión de investidura es Sánchez o Iglesias.

Se trata de una alianza perniciosa para los intereses de los españoles porque, independientemente de que Iglesias haya sido vetado y no vaya a patrimonializar la acción de Gobierno, lo cierto es que su entorno sí lo hará si las negociaciones llegan a buen puerto.

Sánchez tenía poco margen de actuación. Si vetaba la coalición con Podemos, la única salida factible serían unas elecciones generales el 10 de noviembre, con la incertidumbre de su resultado, con la izquierda desmovilizada y molesta por la pérdida de una oportunidad única para ellos, y con el futuro de Pedro Sánchez en juego.

No se fiaba del resultado de unos nuevos comicios y ha claudicado ante Iglesias, que ya no tenía nada que perder.

A su vez, Iglesias ha sumido a Podemos en el descrédito más absoluto, lo ha fracturado territorialmente, ha expulsado de su dirección a todos aquellos que han discutido su estrategia y ha convertido a Podemos en un paraíso del hiperliderazgo autoritario, la purga interna y el desprecio al disidente. Por eso su única opción era sucumbir a cualquier oferta del PSOE, por raquítica que fuera.

Y esa oferta, según asegura Eduardo Ortega Socorro este 22 de julio de 2019 en ‘El Economista’ es darle a los zarrapastrosos de Unidas Podemos los ministerios de Educación, Servicios Sociales y Sanidad.

Entra dentro de lo razonable y previsible. Al fin y al cabo, son las áreas donde más puntos en común comparten el PSOE y Unidas Podemos.

Durante la negociación de presupuestos del año pasado, fueron los ámbitos en los que menos les costó gestar un acuerdo, destacando la absoluta armonía en temas como la dependencia, al que se le quiere dar un impulso. Incluso en Educación, apostando ambas formaciones por un incremento de las partidas de las becas y por la gratuidad de la escuela infantil.

Se trata, además, de un reparto que encajaría con la idea con la que empezó Unidas Podemos el diálogo con Sánchez, de manera que bajo su mano quedaran ministerios sociales con los que, bajo sus palabras, lograrían «cambios reales».

Descartados los ministerios de Estado
En cambio, se descarta absolutamente que cualquiera de las carteras de Estado acabe bajo titularidad morada. Es decir, que Defensa, Interior, Exteriores y Justicia quedarían en manos socialistas, algo en lo que en Unidas Podemos estarían de acuerdo.

También se da por imposible que los ministerios de Economía y Empresa y Hacienda puedan acabar bajo el control de los de Pablo Iglesias, a pesar de que habrían pedido el control de este último, pero se trata de una aspiración imposible: no solo es un departamento que ejerce de controlador de las cuentas públicas y fiscaliza los gastos del resto de los ministerios y de las comunidades autónomas, sino que a día de hoy está en manos de María Jesús Montero, figura de la máxima confianza del presidente en funciones cuyo rol se pretende reforzar con una vicepresidencia.

En cualquier caso, en Unidas Podemos insistirán en determinadas áreas. Quieren tener el control de las políticas de Vivienda, Medio Ambiente y Trabajo, aunque es harto difícil que los de Sánchez quieran ceder esta última, una golosina en tiempos de creación de empleo a pesar de su desaceleración.

Aquí existiría la posibilidad de que Unidas Podemos se conformara con una Secretaría de Estado, pero esto está por decidir.

 

Pablo Iglesias y sus compinches cantando borrachos La InternacionalPD

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