El eurodiputado de Unidas Podemos, Manu Pineda, se ha metido en un jardín para intentar blanquear al régimen de Nicolás Maduro. Indignado por el debate celebrado en el último pleno del Parlamento Europeo, el Secretario de Relaciones Internacionales del PCE grabó un vídeo para intentar blanquear a la dictadura venezolana, pero terminó dándole un palo a su ‘socio’ Pedro Sánchez.
A pesar de que comenzó lanzando flores al ‘gobierno progresista’ por ser “una izquierda dispuesta a hacer políticas a favor de la mayoría social y acabar con los privilegios de una élite que se sentía cómoda con la alternancia entre dos partidos que les garantizaban estos privilegios”. Un pequeño lapsus al olvidar que, justamente, uno de esos dos es el partido de Pedro Sánchez: el PSOE.
Al mejor estilo chavista, Manu Pineda comenzó a inventar términos como la “guerra judicial o lawfare contra el gobierno de España”, un posicionamiento que inmediatamente recuerda a la famosa “guerra económica” que utiliza el régimen bolivariano para intentar argumentar los constantes fracasos e ineptitudes de sus tiranos. No resulta de sorprender, más aún cuando el representante de Podemos afirma que el único delito que existe en Venezuela es “el imperdonable crimen de decidir quién lo gobierna y qué políticas se deben aplicar”.
Para el eurodiputado de Unidas Podemos, la violación de Derechos Humanos (y crímenes de lesa humanidad), la censura a los medios y la manipulación de las elecciones sólo son una fórmula para evitar “acatar de forma servil y sumisa los dictados del Imperio [Estados Unidos]”. Una vez metido ya en el jardín de blanquear al régimen chavista, Pineda dio un paso más y hasta dio una recomendación que terminó por categorizar de dictador a su ‘camarada’ Pedro Sánchez.
“Asuman que al Jefe de Estado venezolano no lo elige el señor Trump ni ninguno de sus peleles en la Unión Europea o en la OEA. Es el pueblo venezolano quien tiene ese privilegio”, comenzó Pineda, quien arremetió contra Sánchez al rematar: “privilegio que, por cierto, no tenemos los ciudadanos y ciudadanas de otros Estados cuyas democracias parecen fuera de cuestión”, lo que resulta un evidente llamado al independentismo y a la ‘opresión’ de España contra los catalanes.