Los seis minutazos que constatan que el coronavirus 'mata' el feminismo de cartón piedra de Pedro Sánchez

Durante toda su intervención se refiere a "ciudadanos", "afectados" y "los compatriotas"

Los seis minutazos que constatan que el coronavirus ‘mata’ el feminismo de cartón piedra de Pedro Sánchez

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, demuestra que, aparte de ser un inepto de campeonato, tampoco es capaz de mantener en situaciones de crisis su impostado discurso feminista.

Cuantas veces no se le habrá escuchado decir al ‘okupa’ de La Moncloa esas fórmulas machaconas y hasta cansinas de Consejo de Ministros y de Ministras, ciudadanos y ciudadanas, todos y todas, españoles y españolas…y así hasta el infinito.

Pues bien, si escuchan con atención la declaración institucional de Pedro Sánchez cuando anunciaba que este 14 de marzo de 2020 se decreta el estado de alarma y se anunciarán las medidas concretas a aplicar, observarán algo curioso.

Durante los seis minutos de intervención, solo en dos ocasiones, recurre a combinar el masculino y el femenino. De resto solo habla de «los jóvenes», «los ciudadanos», «los afectados» o «estimados compatriotas».

Pareciera totalmente que el coronavirus ha matado de raíz ese feminismo impostado del que suele hacer gala el presidente del Gobierno en cualquiera de sus comparecencias.

Así arrancaba su declaración institucional:

Buenas tardes, estimados compatriotas.

En el día de hoy, acabo de comunicar al jefe del Estado la celebración mañana de un Consejo de Ministros extraordinario para decretar el estado de alarma en todo nuestro país, en toda España durante los próximos 15 días.

El estado de alarma es un instrumento de nuestro Estado de derecho, recogido por nuestra Constitución, para afrontar crisis tan extraordinarias como la que, desgraciadamente, está sufriendo el mundo y también nuestro país.

La emergencia sanitaria y social generada por el coronavirus, conocido como COVID-19, crea circunstancias extraordinarias como las que la ley contempla para dotar al Gobierno de España de recursos legales también extraordinarios.

En la reunión prevista para mañana, el Consejo de Ministros extraordinario adoptará un conjunto de decisiones excepcionales al amparo de la declaración del estado de alarma que se va a decretar mañana. Estas decisiones estarán orientadas a movilizar todos los recursos del conjunto del Estado para proteger mejor la salud de todos los ciudadanos. Recursos económicos, recursos sanitarios, tanto públicos como privados, tanto civiles como también militares, para la protección de todos los ciudadanos, en particular de los que resulten más vulnerables frente al virus por su edad o por otros procedimientos previos. Y también para responder a la emergencia social y económica con la máxima agilidad y contundencia.

Queremos la máxima coordinación de recursos, eficiente y garantizada del conjunto de administraciones públicas, y su mejor funcionamiento. El Gobierno de España va a proteger a todos los ciudadanos y va a garantizar las condiciones de vida adecuadas para frenar la pandemia con la menor afectación posible.

Naturalmente, me dispongo a dar cuenta de inmediato al Congreso de los Diputados. Ya he informado a la presidenta del Congreso. He trasladado también a las principales fuerzas políticas esta decisión. Otro tanto voy a hacer con los presidentes autonómicos con quienes mantendré una conversación telefónica esta misma tarde.

Aquí viene la primera excepción a la regla, en parte lógica ya que tanto Baleares, Navarra y La Rioja tienen presidentas autonómicas:

A todos ellos y a todas ellas, quiero trasladarles por anticipado mi reconocimiento por el trabajo que vienen haciendo cada uno desde sus instituciones y sus responsabilidades. También mi gratitud por su comprensión ante estas decisiones que se dirigen a combatir una emergencia que amenaza la salud y el bienestar de todos y que no atiende a fronteras ni internas ni externas.

Por supuesto, luego ya sigue sin usar el masculino y femenino:

Estamos solo en una primera fase del combate frente al virus que libran todos los países del mundo y, en particular, nuestro continente, Europa. Nos esperan, como dije al principio de la semana, semanas muy duras. Dijimos que vendrían días difíciles y tomamos medidas a la altura de esa dificultad y no cabe descartar que en la próxima semana alcancemos, desgraciadamente, los más de 10.000 afectados.

Todo el esfuerzo de las autoridades sanitarias, tanto internacionales como nacionales y autonómicas, está dirigido a evitar una propagación demasiado rápida del virus para poder así auxiliar a los pacientes que, por su edad o por dolencias previas, sean más vulnerables y precisen la necesaria atención hospitalaria.

Todos tenemos una tarea y una misión en los próximos días, en las próximas semanas, y no es menor.

La primera línea la forman los profesionales de la salud, nuestro escudo frente al virus. Ellos, con su entrega, con su sacrificio, nos protegen a todos y merecen el reconocimiento y la gratitud de todos.

La misión de las autoridades sanitarias nacionales y autonómicas es también clara: proporcionar a los profesionales los medios para desarrollar su labor y mantener y reforzar la extraordinaria coordinación que han desarrollado en estas últimas semanas.

Quiero también trasladar un mensaje muy especial a nuestros mayores y a las personas con enfermedades crónicas que, lógicamente, debilitan sus defensas: deben protegerse al máximo frente a la infección, evitar a toda costa los contactos y la exposición en espacios públicos.

También me gustaría dirigirme a los jóvenes, quienes tienen también una misión decisiva. Es cierto que por su vitalidad pueden sentirse al abrigo de los efectos más severos del virus, pero pueden actuar como transmisores a otras personas cercanas mucho más vulnerables. Su colaboración, la colaboración de los jóvenes es decisiva para cortar los contagios y, por eso, deben limitar los contactos y mantener la distancia social.

Solamente se le ‘escapa’ un «todos y todas»

Y a todas y a todos, queridos compatriotas, tenemos, por supuesto, un deber personal, que es seguir a rajatabla las indicaciones de los expertos y colaborar unidos para vencer al virus con la máxima responsabilidad y también con la absoluta disciplina social.

Pero, insistimos, es solo un espejismo. Quien alentó el 8-M ahora está que no le cabe un cacahuete por salva sea la parte y se deja de fórmulas recalcitrantes:

Lo he venido diciendo a lo largo de esta semana, haremos desde el Gobierno de España lo que haga falta, cuando haga falta y donde haga falta.

La declaración del estado de alarma permite movilizar al máximo los recursos materiales para combatir el virus. Pero también me vais a permitir que haya un recurso fundamental que está más allá de cualquier ley o decreto y al que me gustaría apelar directamente a los compatriotas. La victoria depende de cada uno de nosotros, en nuestro hogar, en nuestra familia, en el trabajo o en nuestro vecindario.

El heroísmo consiste también en lavarse las manos, en quedarse en casa y en protegerse a uno mismo para proteger al conjunto de la ciudadanía. Tardaremos semanas, va a ser muy duro y difícil, pero vamos a parar el virus. Eso es seguro. Con unidad, con responsabilidad y con disciplina social.

Superaremos esta emergencia amparándonos en el consejo de la ciencia y apoyándonos en todos los recursos del Estado. Pero también es seguro que lo conseguiremos antes y con los menores daños humanos, económicos y sociales posibles si lo hacemos unidos y cumpliendo cada cual con nuestro deber. Este virus lo pararemos unidos.

Muchas gracias. Buenas tardes.

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