Carmen Calvo y Baltasar Garzón están ingresados en la prestigiosa clínica Ruber. Ambos, férreos defensores de la sanidad pública, han decidido poner su vida en las manos de la sanidad privada para combatir al coronavirus. Una incoherencia ideológica que, desde el personal sanitario, explican a Periodista Digital.
Los profesionales de la clínica Ruber de Madrid indican a este diario que “Carmen Calvo y Baltasar Garzón exigen un trato de élite que no tendrían en la pública”. En este sentido, la vicepresidenta y el exjuez intentan beneficiarse de unos servicios más elitistas que no están al alcance de todos los ciudadanos. Es importante recordar que se trata del mismo centro donde se atendía a Cristiano Ronaldo o donde se ha tratado al Rey Juan Carlos y otros miembros de la Casa Real.
“La principal ventaja que buscan es la privacidad. El personal de Ruber está sometido a una clausula de privacidad y confidencialidad extra que aceptan cuando firman el contrato de trabajo. Es un apartado especial y, en pocas palabras, viene a decir que cualquier tipo de filtración sobre el estado de un paciente puede conllevar a represalias legales fuertes y a la inhabilitación profesional”, explican a Periodista Digital.
Justamente, esa privacidad fue la que solicitó Moncloa al ser preguntado sobre el estado de Carmen Calvo. La portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, fue quien indicó que hay que ser «muy respetuosos» con la «situación de enfermedad» de los miembros del Consejo de Ministros y ha defendido «guardar la discreción debida».
Otros lujos para los socialistas
Los sanitarios detallan que “son tratados en habitaciones privadas que no son compartidas con otros ciudadanos”. Una situación muy distinta a las imágenes que se pudieron ver en el Hospital Universitario Infanta Leonor, donde los españoles esperaban en el suelo sobre sábanas para ser atendidos por el personal sanitario. Los socialistas se ponen por encima de la “clase obrera” de la que tanto presumen en sus discursos y apariciones públicas, ya que “la atención que reciben es totalmente personalizada. Como si fueran el único en todo el hospital y con todos los servicios a disposición”, matizan.
Una versión que fue reconocida por el propio gobierno del PSOE y Podemos al informar que la vicepresidenta “continúa hospitalizada con el tratamiento médico prescrito para la infección respiratoria que padece, se encuentra en una habitación aislada y le serán practicadas las pruebas que determinen los facultativos». Un servicio idéntico al que está siendo sometido el exjuez Baltasar Garzón.
“Cuando te lo puedes costear, como es el caso de los dos socialistas, la clínica puede que habilite toda una planta para un solo paciente. Sí, una planta entera para que nadie pueda molestarles y aumenten sus beneficios”, explican a este diario.
Tecnología más moderna
Los sanitarios detallan que “a pesar de que contamos con tecnología más moderna de la que existe en la sanidad pública, para combatir al COVID-19 sí estamos todos a la par y no estamos más dotados que otros centros en materia de mascarillas o material sanitario de protección”. Aunque matiza, entre risas, “quizá la comida sí es un poco mejor, pero seguro no nos escogieron solo por eso”.
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