Pablo Iglesias es casta, pero casta de la más alta. Quizás ahora los comunistas más dogmáticos estén de acuerdo con aquellos chavales que lo escracharon en la Universidad Complutense y le gritaban «¡Fuera vendeobreros de la universidad!».
Así mismo y sin tapujos lo ha reconocido el marqués este miércoles 15 de abril de 2020 en el Congreso de los Diputados.
El buen amigo del Gobierno socialcomunista, Gabriel Rufián, exigía al vicepresidente segundo centrarse en el presente, pero además le pidió tres supuestas medidas, para terminar mostrando su populismo rancio de extrema izquierda. En este sentido le pidió proteger a las personas que «pueden ir en un metro atestado a trabajar pero no puede enterrar a sus mayores», dar una respuesta económica a las familias «que están siendo obligadas a trabajar y no tienen donde dejar a sus hijos» y finalmente dejó ver su lado más sectario al pedirle a su socio que desvelara si el Gobierno se está dejando someter por la patronal para tomar sus medidas.
Pablo Iglesias: "Yo tengo mucha suerte y tengo jardín en mi casa para sacar a mis hijos".
¿"Suerte"?
Chupa sueldos públicos, le dan una hipoteca con condiciones exclusivas y pasa de un pisito en Vallecas a una mansión en Galapagar.
El comunismo siglo XXI.pic.twitter.com/H4owydjK7t— Guaje Salvaje (@GuajeSalvaje) April 15, 2020
Ante esta competencia populista, Pablo Iglesias, además de mostrar su total acuerdo con las palabras de Rufián, no tuvo reparo en mostrarse como el pijo que es, «yo tengo mucha suerte, yo tengo jardín en mi casa para sacar a mis hijos, precisamente por eso soy consciente de que millones de familias en este país están teniendo a los niños en pisos de 40, 50 y 60 metros», todo un acto de empatía por parte del marqués de Galapagar.
Lastima que no siguió en esa línea, quizás contando que tiene acceso a la sanidad privada, que tiene guardaespaldas, piscina, sirvientes y muchos más placeres de la vida, nada que envidiarle a Amancio Ortega, porque ni siquiera tiene que trabajar mucho.
Iglesias «vendeobreros»
El pasado 4 de marzo de 2020 y en el campus de Somosaguas de la Universidad Complutense, los estudiantes comunistas de los que se sirven Monedero, el propio Iglesias y otros más, mostraron su enfado con el marqués y le daban un poco de su propio jarabe.
Lo que pretendía ser un regreso triunfal del líder de Podemos a ‘su’ Facultad de Ciencias Políticas ha acabado como el rosario de la aurora.
El escrache al vicepresidente de la coleta se ha producido en la misma sala en la que él coaccionó hace años a Rosa Díez.
«¿Cómo podéis hablar de fascismo cuando habéis permitido decenas desahucios en Madrid?», le ha gritado un joven metido entre el público, en el paraninfo de la Facultad de Ciencias Políticas.
Más de una treintena de estudiantes han apoyado al gritón y han acusado de «traidor» y «vende obreros» al dirigente morado.
«¡Fuera vende obreros de la universidad!», han coreado al unísono, durante casi un minuto ante la incredulidad de Iglesias, que ponía cara de pasmado.
En un primer momento, el resto de los estudiantes, empujados por los de Podemos, han intentado, sin mucho éxito, acallar a los autores del escrache al grito de «fuera fascistas de la universidad».
Después, tras escuchar las ideas del grupo agitador y ver como ponían como un pingo a Iglesias, han tratado de escuchar la respuesta del dueño de la dacha de Galapagar.