A sus 84 años, Mario Vargas Llosa ha mostrado en una entrevista para El Mundo que su agudeza sigue intacta.
En el mismo proceso de confinamiento en el que se encuentran la mayoría de los españoles, el escritor se refirió a la actual situación política de España en medio de la pandemia del coronavirus y a las consecuencias del pacto de este Partido Socialista de Pedro Sánchez con Podemos en esta terrible situación… y no dejó títere con cabeza.
«Sin ninguna duda. Aquí lo que ha creado una situación muy difícil es ese acuerdo entre el PSOE, que es un partido democrático, con partidos que no lo son. Podemos no es un partido democrático, no está satisfecho con este sistema, quiere ir mucho más allá con reformas muy radicales. Y en ese acuerdo también participan otras fuerzas que son excéntricas y que son muy poco democráticas, como los independentistas. Este Gobierno de alianzas antinaturales crea problemas muy serios en estos momentos donde haría falta una unidad nacional y asumir de una manera responsable y compartida el desafío de la pandemia».
Pero no se iba a quedar allí y ahondo un poco más para dejar claro que Sánchez y el socialismo sabían perfectamente en lo que se metían cuando pactaron con la extrema izquierda y cuando, a través del Gobierno de coalición, metieron en el Ejecutivo a una agenda «revolucionaria» y muy peligrosa. Aunque diferencia a un sector del PSOE que aún no encaja con esa visión política y de país, por lo que normal, «que haya ahora roces y dificultades para entenderse entre los que hay todavía una mayoría democrática».
- Podemos tiene por lo menos un mérito: no ha engañado a nadie. Tiene una agenda muy clara, muy precisa. Es una agenda no democrática sino revolucionaria. Hombre, están actuando dentro de la legalidad porque es una legalidad que les permite ir ganando terreno en el campo que ellos quieren. Pero no hay que engañarse, quieren una verdadera revolución, una transformación profunda de la sociedad española y no precisamente dentro de un cauce democrático. Se veía venir y la pandemia ha agudizado esas contradicciones.
El intelectual peruano-español se refirió también a la famosa pregunta trampa del CIS de Tezanos, a la que catalogó de «sumamente capciosa», y a partir de allí se refirió al peligro de que ante este COVID-19 las personas estén dispuestas «a hacer concesiones», y aunque aseguró que esto es «normal», aclaró que renunciar a la libertad de información «es suicida», y añadió: «Sería gravísimo retroceder en las libertades, que son la gran conquista española de los últimos 40 años».
Fue entonces tras una serie de preguntas del periodista de El Mundo, Josetxu Piñeiro, que se refirió a las dictaduras en tiempos de pandemia y al análisis de la obra del famoso novelista Albert Camus, hablo de lo que considera que fue «su peor novela» refiriéndose a ‘La Peste’. Y a continuación resaltó la que cree que fue su mejor obra, ‘El hombre rebelde’, que demuestra esa gran capacidad de Vargas Llosa –y un excelente trabajo periodístico– para advertir el peligro sin decirlo directamente.
«Es un libro absolutamente extraordinario. Sobre todo por la idea de que no se puede apartar la moral de la política, porque entonces comienzan los asesinatos y el reino de los búfalos y de los matones y los asesinos. Creo que esa defensa de la moral como elemento fundamental de la vida política es la gran contribución de Camus.»
Vargas Llosa admitió que no está trabajando actualmente en ningún proyecto grande, y declaró que lo primero que hará tras salir de la cuarentena será «caminar en la calle». «Eso sí lo extraño, mis paseos en las madrugadas. Apenas pueda, voy a reanudar mis caminatas matutinas», concluyó.