Se trata de vender humo y en eso los del Gobierno socialcomunista son unos expertos de marca mayor.
El mejor ejemplo de que, como decía Alfonso Ussía, a la tropa de Pedro Sánchez «le importa un huevo el número de muertos» viene reflejado en la comparecencia del 24 de abril de 2020 del peculiar director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, diciendo que había «buenas noticias».
Para esta panda de incompetentes, esos datos positivos cristalizaban que ‘sólo’ se habían producido de manera oficial 367 fallecidos por coronavirus. Sí, cierto, es el dato más bajo desde que se decretase el estado de alarma, pero siguen siendo un porrón como para salir a anunciar la cifra como si fuese el descubrimiento de la penincilina.
Pero la manipulación de la realidad fue mucho más allá. Evidentemente, como la cifra de muertos es la que es, aunque siguen faltando cifras reales, ya que a muchas comunidades autónomas, entre ellas Madrid, Cataluña o Castilla-La Mancha no les cuadra lo que apunta a diario el Ministerio de Sanidad, el Ejecutivo de Sánchez busca hacer un sucio truco con la cifra de contagiados.
Para ello, nada mejor que Salvador Illa, ese ‘portento’ de ministro de Sanidad, que salió todo ufano a vender al personal que por fin se estaba aplanando la curva, que ahora ya sí se había logrado tener más personas dadas de alta que nuevos casos de contagiados por el Covid-19.
¿Y cómo se ha conseguido de la noche a la mañana alcanzar ese logro? Pues muy sencillo, quitando de la ecuación una variable para que así el dato sea positivo.
La conclusión principal es que por mucho que Illa o Simón pretendar colar su discurso, lo cierto es que no hay más altas hospitalarias que nuevos casos: Lo que ha perpetrado el Ministerio de Sanidad es proceder a eliminar de su contabilidad todos los casos positivos diagnosticados por pruebas de inmunidad o test rápidos.
Así las cosas, si se hubieran incluido los casos que salen de esos controles, el número real sería de 5.229 nuevos confirmados, y no 2.796 como propaga el Ejecutivo sanchista.
BOMBO Y PLATILLO EN LA RTVE DE ROSA MARÍA MATEO
Obviamente, no basta que Salvador Illa y Fernando Simón le intenten colar a los periodistas un gol por toda la escuadra, entre otras razones porque al final saben que muchos medios no van a moder el anzuelo del triunfalismo.
Por tanto lo que toca es movilizar al principal órgano de propaganda que tiene el Gobierno de Pedro Sánchez que es RTVE para que difunda urbi et orbi las buenas nuevas con respecto a los datos del coronavirus.
La ‘buena’ de Ana Blanco, perfectamente institucionalizada en el ente, a esta le da igual tragar con lo que sea con tal de que no le muevan la silla, compró el discurso ministerial sin pestañear.
Horas después, en la noche del 24 de abril de 2020, su compañero Carlos Franganillo pasaba las de Caín para intentar convencer a la audiencia de los éxitos del Gobierno en su lucha contra el coronavirus.
La cara del presentador de la segunda edición del Telediario era todo un poema. Como bien reflejaron en su tuit los responsables de la Plataforma TVE Libre, «vaya trago, compañero».
