Eduardo Garzón está ‘vendiendo la moto’ para respaldar las decisiones de su hermano, el ministro de Consumo, Alberto Garzón.
El economista utilizó una noticia para ‘demostrar’ que fijar los precios de las mascarillas no equivale a una escasez de estos productos sanitarios. Para Eduardo, una prueba es que algunas grandes cadenas de supermercados, como Carrefour, venderán este producto en sus locales.
“El terrible desabastecimiento de mascarillas del que nos hablaban todos los economistas liberales: Carrefour venderá mascarillas en todos sus centros de Madrid a partir de hoy”, ironizaba el hermano del ministro en las redes sociales.
A lo que agregó: “Nos decían que los vendedores se iban a ver obligados a vender mascarillas a pérdida y resulta que Carrefour ha establecido un precio por debajo del máximo fijado…”
Nos decían que los vendedores se iban a ver obligados a vender mascarillas a pérdida y resulta que Carrefour ha establecido un precio por debajo del máximo fijado… https://t.co/I5q2W50Yo9
— Eduardo Garzón? (@edugaresp) April 27, 2020
Sin embargo, su razonamiento hace aguas.
Carrefour y Eroski venderán mascarillas higiénicas, según adelantaron en un comunicado que fue recogido por los medios de comunicación. Sin embargo, los precios se fijaron en las mascarillas quirúrgicas, las cuales no se podrán adquirir en los supermercados. En este sentido, la medida solo demostraría que el libre mercado funciona mejor para garantizar la existencia de los materiales de primera necesidad.
A pesar de que Eduardo Garzón intenta engañar a los españoles, la realidad apunta a que la medida del Ministro de Consumo sí ha tenido un impacto negativo en la economía y en el abastecimiento de las mascarillas quirúrgicas.
Mercado negro e incertidumbre
El Consejo Intertextil Español señaló que la decisión del Gobierno de fijar el precio de venta de las mascarillas a 0,96 euros «perjudica seriamente a los fabricantes españoles» y provocará «una economía sumergida con precios desorbitados en el mercado negro».
Además, ha denunciado que esta medida protege «la importación de productos sanitarios de fuera de la Unión Económica Europea» que son de «calidad inferior a la nacional»
El Consejo Intertextil Español ha pedido al Ejecutivo que se dicten normas de cualificación, capacidad y competencia y que el Ministerio de Sanidad «contrate a aquellos empresarios textiles con una capacidad suficiente instalada, que puedan competir y cuenten con las debidas homologaciones».
La Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles (FEFE) advierte que «la fijación de precios de mascarillas hace que fabricantes nacionales dejen de fabricarlas». Sin embargo, no son los únicos.
Guillermo Martín Melgar, autor de Farmacia Enfurecida, señala que «fijar el precio de las mascarillas tiene la ventaja de que se acaba con la ‘especulación’, pero tiene desventajas como que el stock de las farmacias se devalúa y entramos en pérdidas».
Además, recuerda que las farmacias están cancelando pedidos de las FFP2 y FFP3 por miedo a comprarlas y que luego tengan que venderlas por debajo del precio de coste. Es decir, lo que se consigue es que las farmacias dejen de comprar mascarillas por miedo a sucesivas bajadas de precio.
