La repentina aparición en escena de Inés Arrimadas ha descompuesto los ánimos de todos, pero sobre todo de quienes brindaron los apoyos a Pedro Sánchez para que sacara adelante su ‘Gobierno Frankenstein’.
Aunque muchos pensaban que se trataba de un apoyo puntual, —«no se trata de una investidura» o es para «salvar vidas y empleos» dijo la presidenta de Ciudadanos– unas nuevas negociaciones entre la socialistas y ciudadanos ha sido confirmada este viernes 8 de mayo, nada menos que por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
Con la excusa de «concitar el mayor apoyo parlamentario posible», la ministra reconoció que Sánchez y Arrimadas están negociando los Presupuestos del Estado. «El ánimo del Gobierno es establecer conversaciones con todos los grupos políticos… en un momento tan complicado y tan crítico para un país» quiso aclarar la vocera del Gobierno en plena rueda de prensa.
Como no podía ser de otra manera, Pedro Sánchez quiere que todos le apoyen, si es a cambio de nada como lo hizo la líder de Cs mejor, pero para los dogmáticos esto no es posible, comunistas, etarras y separatistas dejaron ver estos puntos de vista en el Congreso de los diputados el pasado miércoles cuando, por ejemplo, Gabriel Rufián ya se mostraba contrario al «centralismo» exigido por el Gobierno para prorrogar por cuarta vez el estado de alarma.
«No votamos en contra de una prorroga, votamos en contra de su prorroga… la irresponsabilidad es gestionar una crisis como esta como si se tuviera mayoría absoluta», dijo el portavoz de ERC, quien envió un mensaje a sus socios de la moción de censura y del Gobierno de coalición: «Si yo fuera Unidas Podemos estaría muy preocupado viendo que el PSOE en cuanto puede se gira a mirar a la derecha», dijo aludiendo al acuerdo con Ciudadanos.
Pero ERC no son los únicos huérfanos, la aparición de Arrimadas también deja fuera de la foto a Bildu y a su abstención, ya que el pasado miércoles bastó con el apoyo de Ciudadanos y el recurrente de PNV, Más País, canarios, cántabros y turolenses.
Y es que una buena parte del PSOE nunca se ha sentido cómodo con el ‘Gobierno Frankenstein’, ¿y cómo hacerlo? Para citar un ejemplo, el etarra –e inhabilitado hasta 2021– Arnaldo Otegi de EH Bildu, aparecerá con Rufián en su próximo programa La Fabrica, pero en un fragmento de este queda clara la unión que existe entre el trío de partidos anti-España: «No acaban de entender que nosotros no somos el problema. El problema es un estado que no entiende otra manera de mantenerse unidos que a través de la fuerza y la represión«. Son los socios de Sánchez a día de hoy, pero conociendo al actual mandatario, aquí nadie sabe aún quién es el ‘clinex’, si Arrimadas o los otros.
La ministra de Hacienda ratificó que el Ejecutivo pretende presentar este otoño el proyecto de presupuestos para el 2021, por lo que la tensión está en el ambiente y más con las constantes amenazas de Rufián a Sánchez.
Pero Unidas Podemos no se escapa de la incertidumbre, aunque en principio descartan rupturas y mantienen la clave del pacto en la vicepresidencia segunda y los ministerios de extrema izquierda. Cs, por su parte, ha manifestado en otras oportunidades su pretensión de sacar a Pedro Sánchez medidas económicas a favor del mercado y los autónomos, mientras que Pablo Iglesias se decanta por el despilfarro, la intervención directa en la economía y expropiaciones, en teoría visiones incompatibles.
No obstante, el mayor artífice del engaño que ha visto España como presidente intentará con la diputada andaluza lo que no logró con Albert Rivera, obtener el apoyo de morados y naranjas, a costa de los dos.
