El verano se malicia calentito en España, políticamente hablando.
Por lo pronto, eso ya es inamovible, el 12 de julio de 2020 hay programada doble cita electoral en Galicia y en el País Vasco, donde Alberto Núñez Feijóo (PP) e Iñigo Urkullu (PNV) se perfilan como indudables ganadores.
Pero esos comicios pueden quedar eclipsados si se acaba llevando a efecto el diabólico plan que tiene Pedro Sánchez para dinamitar el escaso prestigio que aún le queda a Ciudadanos.
Y quien lo cuenta con todo detalle es Carlos Cuesta, en Okdiario, un periodista que no habla a humo de pajas. Según la información que él maneja, el presidente del Gobierno socialcomunista ha puesto la mirada en todos los feudos autonómicos que gobierna el PP con el apoyo de Ciudadanos para tratar de reventarlos.
El primer paso, evidentemente, es convencer a la formación de Inés Arrimadas para que se preste al juego y el gancho que Sánchez está dispuesto a poner en juego es cederle determinadas presidencias autonómicas que en las últimas legislaturas han sido tradicionalmente de signo conservador como Madrid, Murcia o Castilla y León.
El caramelo, envenenado por otro lado, es que los socialistas estarían dispuestos a apoyar en una hipotética moción de censura al ‘naranja’ Ignacio Aguado para que sea el nuevo presidente madrileño y así derrocar a la que se está convirtiendo en una pesadilla para la oposición socialcomunista de la Asamblea de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que pleno tras pleno pone a PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos a la altura del betún.
Por supuesto, la contrapartida está clara, que Ciudadanos se convierta en la muleta ‘deluxe’ de los socialistas a nivel estatal y así no tener que depender en exclusiva de la abstención de ERC o EH Bildu para sacar adelante cuestiones de peso como pueden ser los Presupuestos Generales del Estado.
De hecho, Moncloa ya se ha apresurado a otorgarle a la fuerza de Inés Arrimadas el papel de primer partido de la oposición y ha difundido urbi et orbi la foto de la reunión mantenida en Moncloa por las huestes sanchistas y por las de Ciudadanos.
En ese encuentro, por parte del Gobierno, tomaron parte la vicepresidenta primera, Carmen Calvo; la ministra de Política Territorial y Función Pública, Carolina Darias, así como el secretario de estado de Relaciones con las Cortes, José Antonio Montilla, y el secretario general de la Presidencia, Félix Bolaños.
Por la bancada naranja, participaron el diputado y portavoz accidental mientras Inés Arrimadas disfruta su baja por maternidad, Edmundo Bal; la secretaria general, Marina Bravo, el vicesecretario general primero, Carlos Cuadrado, y el vicesecretario general adjunto, José María Espejo.
Los socialistas han visto, especialmente en el conflicto abierto en Madrid entre las áreas de Sanidad, dirigida por el PP, y la de Asuntos Sociales, Ciudadanos, la veta ideal para explotar la desconfianza entre ambos socios de Gobierno.
Sin embargo, más allá de ambiciones personales, y las de Ignacio Aguado son indisimulables, la gran reflexión que debería de hacerse Ciudadanos es si realmente sus votantes se van a tragar como unos benditos la tremenda rueda de molino de ser considerados, con solo 10 diputados en la Carrera de San Jerónimo, el primer partido de la oposición.
¡Esto huele cada vez más aquella UCD que se desgajó en el CDS y que terminó con el prestigio de Adolfo Suárez!
