El territorio español nunca ha dejado de ser uno de los objetivos de los terroristas islámicos.
Y los tiempos de confusión y ruido por la pandemia del coronavirus parece presentarse como una oportunidad para el yihadismo.
Así lo han desvelado las Fuerzas de Seguridad que estas semanas han tenido que estar atentos ante la llegada de pateras por si, entre los inmigrantes, intentan infiltrarse elementos yihadistas en territorio nacional, según informaron fuentes antiterroristas a LA RAZÓN.
La benevolencia con las pateras podría salir aún más caro, este 15 de agosto de 2020 se informó de la llegada de 137 inmigrantes, en una decena de pateras, entraron por las costas de la Región de Murcia desde la tarde de ayer viernes, la última de ellas a las 2.00 horas, era interceptada al sur de Cartagena con 18 personas a bordo.
De las 10 embarcaciones llegadas, siete eran localizadas en aguas de Cartagena con un total de 98 inmigrantes. Asimismo, otra con cuatro personas fue interceptada por la Guardia Civil en la línea de costa de Cabo de Palos, con 4 ocupantes, y otra en Águilas con 17.
Es un enorme riesgo al que nos expone ante los planes terroristas, hace pocos meses fueron detenidos tres integrantes de una célula, encabezada por el rapero británico-egipcio Abdel Bary, de 29 años.
La Comisaría General de Información (CGI) de la Policía Nacional los detuvo en Almería, habían llegado a las costas andaluzas a bordo una patera, procedentes del puerto argelino de Orán y planeaban cometer atentados en Europa, incluida España.
Se trataba un FTF (combatiente extranjero) con conocimientos de armas y explosivos.
La vía marítima como alternativa contra Europa
La llegada de yihadistas por vía marítima a Europa para perpetrar atentados criminales no era una novedad. Gran parte de los que cometieron los atentados de París del 13 de noviembre de 2015 en París, que causaron 130 muertos, habían entrado en Europa utilizando las redes ilegales de inmigración.
No son pocos los casos que justifican que las Fuerzas de Seguridad mantengan la alerta para que entre los inmigrantes no se cuelen yihadistas con la intención de cometer atentados en España o en otras naciones.
Según expertos, es relativamente sencillo para un yihadista hacerse pasar por inmigrante ilegal. Las zonas en las que, tanto en Argelia como Marruecos, esperan para que las mafias les embarquen en pateras, son conocidas. Basta con mezclarse entre ellos y pagar los 2.000 euros que cuesta el «pasaje».
Una vez en territorio nacional, siguen la trayectoria de los otros inmigrantes y si consiguen no ser detenidos, lo que corre con más frecuencia de la deseada, pueden poner en marcha sus planes y, si los tienen, establecer contacto con personas afines.
En caso de ser detenidos igual siguen con sus planes, pues es casi imposible que sean enviados a sus países de origen, mucho menos en medio de la crisis por el COVID-19.
