Interior deberá realizar obras tanto en el cuartel como en las instalaciones temporales donde están actualmente los agentes

Marlaska, obligado a cerrar el cuartel de la Guardia Civil que vigila el chalet de Iglesias

La visita de la Inspección de Trabajo y Secretaría de Estado comprobó las paupérrimas condiciones de trabajo de los guardias civiles

Marlaska, obligado a cerrar el cuartel de la Guardia Civil que vigila el chalet de Iglesias
Fernando Grande-Marlaska, el cuartel de la Guardia Civil y Pablo Iglesias PD

La Guardia Civil está obligada a vigilar el costoso chalet de Pablo Iglesias desde un cuartel en “vergonzosas» condiciones.

La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) viene denunciando, desde 2009, que los agentes trabajan en un entorno lleno de humedades y moho que, además, incumple con la Ley de Prevención de Riesgos Laborales.

A pesar de las constantes quejas de los agentes de la Guardia Civil, no existió una respuesta del Ministerio del Interior, lo que obligó a los agentes a tomar la decisión de denunciar.

La denuncia permitió una visita de la Inspección de Trabajo y Secretaría de Estado. Tras comprobar las paupérrimas condiciones de trabajo de los guardias civiles, ordenaron unas reformas que se deberán ejecutar en un plazo inferior a un mes.

Desde la AUGC recuerdan que, antes de presentar denuncia a la Inspección de Trabajo, trasladó sus quejas a Prevención de Riesgos Laborales de la Guardia Civil y al exjefe de la Comandancia de Madrid.

Las obras exigidas

Fernando Grande-Marlaska tendrá que pisar el acelerador si quiere que el cuartel clave para cuidar el costoso chalet de Pablo Iglesias esté operativo.

Para poder usarlo como lugar de trabajo se deberán reparar tanto las humedades como las irregularidades en las paredes y suelos, con riesgo de caídas al mismo nivel.

Además se tendrá que solventar el fuerte olor que dificulta la respiración, sumado a que tendrá que garantizar el suministro de agua que, hasta la fecha, imposibilita el uso del baño o de la calefacción.

Grande-Marlaska también tendrá que preocuparse por las instalaciones temporales, donde están actualmente los agentes, ya que también requerirán de obras.

Por ejemplo, modificar el pasillo de entrada que comparten público y personal. La existencia de bancos de espera para ciudadanos, a un lado, y armarios al otro, hace que no se cumpla el ancho mínimo de 1 metro de los pasillos.

La única puerta de salida tiene apertura hacia el interior, incumpliendo así la previsión de las normas de seguridad que exige su apertura hacia el exterior.

Los despachos para la prestación de servicios, especialmente el denominado Plana, no cumple con las dimensiones mínimas de 10 metros cúbicos por trabajador, libres de obstáculos.

En el cuarto habilitado para vestuario (masculino y femenino) se ubican las taquillas de los guardias civiles, conformando unos pasillos estrechos de no más de 60 centímetros careciendo de espacio suficiente para su uso en las condiciones previstas para estas instalaciones que también carecen de asientos y separación entre hombres y mujeres, si bien hay llave de acceso al cuarto.

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Autor

José Antonio Puglisi

Periodista italovenezolano especializado en economía y periodismo de investigación.

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