A buen seguro que ahora se acuerda de la que perpetró la ministra de Educación y ya no le habrá hecho tanta gracia.
Y es que a la vicepresidenta primera del Gobierno socialcomunista, Carmen Calvo, el famoso viaje de Isabel Celaá a Bilbao el 9 de octubre de 2020 minutos cuando entraba en vigor el estado de alarma en Madrid, le ha obligado ahora a tener que retocar sus planes iniciales.
Tal y como cuenta este 31 de octubre de 2020 la sección ‘El Submarino’ en el diario La Razón, la número dos de Pedro Sánchez en el Ejecutivo pensaba pasar el puente de Todos los Santos en su provincia natal, en Córdoba.
Con las restricciones acordadas por Madrid y Andalucía sobre la salida y entrada de personas, salvo los casos debidamente acreditados, Calvo ya tenía pensada la argucia que la permitiría poder desplazarse desde la capital de España hasta la ciudad de los califas y, seguramente, acabar descansando en Cabra, su localidad de nacimiento.
Para ello, había previsto en su agenda oficial acudir a la inauguración de una biblioteca del Estado en la ciudad cordobesa, un motivo que consideraba más que suficiente como para no tener que dar más explicaciones ante unos ciudadanos que han tenido que cancelar sus viajes.
Sin embargo, a Calvo le vino de repente el ‘flashback’ de lo sucedido con la titular de Educación cuando se escudó en motivos sanitarios para escapar el puente del Pilar (12 de octubre de 2020) a Bilbao estando ya en vigor el estado de alarma en Madrid.
Isabel Celaá fue sumamente criticada por haber hecho gala de una excepción más que dudosa, sobre todo porque si algo sobra en Madrid son galeno que pudieran haberla atendido tras haber sufrido el cólico que, según ella, le obligaba a viajar hasta la capital vizcaína para que su médico de cabecera la observara.
De hecho, pasajeros que fueron en ese vuelo de la compañía Air Europa inundaron con fotografías las redes sociales en las que se vio como Celaá era pasada a toda prisa a una zona más discreta de la aeronave.
Sin embargo, a pesar de todas las precauciones que el Ministerio de Educación y la propia compañía trataron de tomar para evitar el escándalo este fue más que patente.
Tanto fue así que incluso su propia mansión en la capital vasca fue pasto de unas pintadas de unos ciudadanos indignados por lo que entendían una verdadera burla a unos madrileños a los que el Ejecutivo central acababa de reventar en mil pedazos su puente mientras una ministra escapaba a toda vela por la puerta de detrás.
Por esa razón, y con todo el dolor en su corazón, a Calvo no le quedó más remedio que posponer su desplazamiento a Córdoba, al menos por lo que respecta a este puente de Todos los Santos.
