Isabel Díaz Ayuso desmontó el falso discurso feminista de Podemos.
La presidenta de la Comunidad de Madrid sólo necesitó de 10 palabras para sacarle los colores a Isa Serra y a Irene Montero: “Para ascender en Podemos hay que ser pareja de alguien”.
En el pleno de la Asamblea de Madrid, Ayuso criticó que los ‘ascensos sentimentales’ de Podemos sean “un nefasto ejemplo de las mujeres, que todos los días luchan por ascender sin ayuda de sus machos».
Unas palabras que escocieron dentro del partido de extrema izquierda.
Al mejor estilo patriarcal, Juan Carlos Monedero salió a la defensa de Isa Serra y a Irene Montero y a través de su cuenta de Twitter utilizó el desgastado calificativo de “fascistas” para minimizar la crítica de la presidenta de la Comunidad de Madrid.
“Hasta las narices de los FASCISTAS insultando todos los días, todos, a @PODEMOS en Parlamentos, medios o redes impunemente como si España fuera suya. El clima que están creando es guerra civilista. Fascistas que otra vez no toleran que la izquierda exista”, indicó el exasesor del chavismo.
Hasta las narices de los FASCISTAS insultando todos los días, todos, a @PODEMOS en Parlamentos, medios o redes impunemente como si España fuera suya. El clima que están creando es guerra civilista. Fascistas que otra vez no toleran que la izquierda exista. https://t.co/CfzZwCBeWd
— Juan Carlos Monedero (@MonederoJC) November 19, 2020
“Violencia morada”
Díaz Ayuso también aprovechó su intervención en el pleno de la Asamblea de Madrid para denunciar que el partido de Iglesias solo vea «violencia morada» por ser el color de su partido, cuando en realidad son una organización con «violencia pura» e «igualdad ante el delito, el nepotismo y el odio».
La representante de los `populares’, que recordó la condena de Isa Serra “por violencia” y a Juanma de Olmo por “acusar a un inocente», les indicó que «también son iguales en el nepotismo».
Además, ha añadido en que hay igualdad en el odio. «Odian por igual que el entorno de ETA, que el entorno de los independentistas. Son iguales, odian igual a España y a los españoles y por eso todas sus políticas están orientadas a expulsar a los españoles de su tierra», recriminó.
Finalmente, le recordó que «si estoy donde estoy es fruto de mi trabajo y no por ser la pareja de nadie, como ocurre en su partido”.
Los episodios machista de Iglesias
El vicepresidente mantuvo, entre 5 y 36 meses, en su control la tarjeta del móvil de Dina Bousselham, donde había conversaciones personales e imágenes íntimas de su exasesora. ¿El motivo?, para “protegerla”, según admitió el vicepresidente segundo.
No es la única actitud machista del líder de Podemos.
Pese a presumir de un discurso feminista en sus mítines y actos públicos, la imagen de Iglesias comenzó a tambalear con las filtraciones del móvil de Dina, donde se podía leer que el actual vicepresidente quería “azotar hasta que sangre» a Mariló Montero.
También ocurrió con Pilar Gómez (La Razón). En plena tertulia política en ‘Al Rojo Vivo’, el líder de Podemos le guiñó un ojo a la periodista.
“Pues a mí personalmente no me gusta que me guiñen el ojo ¿lo puedo decir o no? Pues sí, me ofende, al igual que a él le ofende que yo le trate de tú o de usted, a mí no me gusta. Me molesta que en un debate político me guiñen un ojo”, sentenciaba la periodista para dejar clara su postura al líder de Podemos.
«¡Qué bonito abrigo de piel llevas!»
En una rueda de prensa en el Congreso, Pablo Iglesias intento burlarse de la periodista Ana Romero, quien le había preguntado si su decepcionante resultado electoral afectaba a sus intenciones de pacto de Gobierno.
«¡Qué bonito abrigo de piel llevas!», se limitó a declarar el dirigente podemita, mientras sus compinches y la propia Irene Montero sonreían como lelos .
Levy «se calienta»
Pero las periodistas no han sido las únicas atacadas por el rampante machismo de Iglesias. También lo han sido las dirigentes de otros partidos políticos como Andrea Levy, la vicepresidenta de Estudios y Programas del PP. Durante la investidura fallida de Pedro Sánchez, el líder podemita manifestó que Levy «se calienta» con el diputado de su partido Miguel Vila.
El secretario general de Podemos manifestó que ofrecía su despacho en el Congreso para que «ambos se conozcan mejor».
Ridiculizando la condición de mujer de la ‘popular’, el tono jocoso de Pablo Iglesias fue en aumento hasta confesar que se sentía «preocupado» ya que se ve incapaz de «controlar la virtud de sus diputados» y que ante ese contexto lo único que puede hacer es «facilitar su despacho».
Iglesias realizaba este alegato en el estrado del Congreso de los diputados, a la vista de todo el mundo, para intentar justificar su rechazo a la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno.
«La única fuerza de Botella es su marido»
Ana Botella, la que fuese alcaldesa de Madrid entre 2011 y 2015, también estuvo en el blanco de los ataques machistas de Pablo Iglesias. El líder podemita menospreciaba los logros de Botella y señalaba que llegó a la Alcaldía de la capital por ser esposa del ex presidente del Gobierno José María Aznar.
«Es una pena que en un día como hoy tengamos que hablar de Ana Botella, que representa todo lo contrario a las mujeres valientes. Es la que encarna ser esposa de, nombrada por, sin preparación…y además de belicista, es una mujer cuya única fuerza proviene de ser esposa de su marido y de los amigos de su marido», destacaba Iglesias en una tertulia de La Sexta Noche.
Se dirigía a sus alumnas por su físico
La actitud machista de Iglesias no viene de ahora. En su época de profesor en la Universidad Complutense de Madrid se dirigía a sus alumnas por sus rasgos físicos, mientras que a los chicos les llamaba por su nombre.
Así lo revelaban referencias recogidas en el blog de Colectivos de Jóvenes Comunistas de su Universidad.
La bitácora de estudiantes comunistas publicó en febrero de 2014 una entrada titulada [Somosaguas] Lo que no sabes de los líderes de Podemos. Ni Juan Carlos Monedero ni Pablo Iglesias salían bien parados por diversos motivos. Uno de ellos era el retrato de ambos en el que se les presentaba como machistas. En el caso del secretario general de la formación morada se dice de él:
«También sabemos que Pablo Iglesias en sus clases se dirige a las alumnas, no por su nombre o apellido cómo sería lo lógico, sino por sus rasgos físicos o diminutivos, actitud machista que choca frontalmente con el aparente feminismo del que hace gala en la televisión».
Así, las chicas podían ser «rubita» o incluso «gordita». De hecho, este blog aseguraba que si una mujer era poco agraciada lo destacaba en el apodo usado para referirse a ella.