LA PRESENTADORA YA NO TIENE PACIENCIA CON EL GOBIERNO

El zasca genuino de Ana Rosa al ministro Castells, que no sabe ni por donde le da el aire

El podemita despistado que apenas aparece, "¡cuando habla sube el pan!"

El zasca genuino de Ana Rosa al ministro Castells, que no sabe ni por donde le da el aire
Ana Rosa Quintana y Manuel Castells. Telecinco

El ministro Castells es ese señor un tanto extravagante que si usted no está muy metido en política seguramente ni conozca. Ni tiene porqué.

Es el ministro de Universidades y desde que en marzo comenzara la pandemia del coronavirus en España, ha sido bastante la nada para el Ejecutivo.

Se llama Manuel, es sociólogo y economista y del partido En Comú Podem, y a pesar de todo eso no sabe muy bien por dónde le da el aire. Está como despistado permanentemente.

Así que la última es que se le ha ocurrido echar la mierda de la sectaria ley de educación de su compañera Celaá… ¡al Partido Popular! Leen bien…

De modo que en ‘El programa de Ana Rosa’ de Telecinco, en la propia presentadora se viene apreciando cómo ya no le extraña nada del Gobierno y tampoco se anda con los cuidados del principio de legislatura. Ana Rosa está harta, como tanta gente, y la prueba de este 26 de noviembre de 2020 solo fue una más:

Que dice el ministro Castells que la culpa fue de Wert. Es alucinante, ¡un disparate detrás de otro! Nunca está y cada vez que habla sube el pan.

Un inesperado hooligan de la ley Celaá

Este hooliganismo inesperado lo describe a la perfección Juan Velarde en Periodista Digital

El titular ministerial se ha convertido en un paladín de la LOMLOE (Ley Orgánica de modificación de la LOE), que deroga la LOMCE (Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa) de José Ignacio Wert, quien fuera ministro de Educación en las dos legislaturas de Mariano Rajoy.

Curiosamente, lo que más trempante le pone a Castells es acabar de una vez por todas con la obligatoriedad de que el español (o el castellano) sea la lengua vehicular.

El ministro de Universidades considera que cuando se ha obligado desde el Gobierno de España a que se utilice ese idioma como elemento de unión entre todas las autonomías, lo único que ha provocado es un clima de enrarecimiento de la convivencia en Cataluña.

Antes de que se aprobara la ley Wert no había una indicación legal en ningún sitio de que el castellano tuviera que ser lengua vehicular. Y nunca hubo ningún problema en Cataluña, eso sí lo puedo decir por mi propia experiencia.

Quizá Castells olvida algo capital, la marginación y la persecución existente en los centros escolares de Cataluña, con espías en los recreos y en los comedores para tomar buena nota de quién tenía la ‘osadía’ de hablar en español en su propio país

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