Pedro Sánchez protagonizó un nuevo episodio de sumisión ante EH Bildu en el Congreso de los Diputados.
El presidente del Gobierno sigue demostrando su interés en mantener una relación cordial con el partido de Arnaldo Otegi, pese a sus constantes promesas de que nunca pactaría con los proetarras.
Este 16 de diciembre, durante la sesión de control al Gobierno, el líder del PSOE bajó la cabeza ante el portavoz adjunto de Bildu, Oskar Matute, y acabó pidiendo disculpas por no poder dedicarle más tiempo en su respuesta.
“Pido disculpas al portavoz de Bildu, el señor Matute, porque no he podido responder en su totalidad a la pregunta; se me ha ido el tiempo”, afirmó Sánchez ante los rostros que reían orgullosos desde la bancada del partido de extrema izquierda.
Tras contestar a Matute, que había preguntado al presidente sobre si la patronal CEOE “decide la política laboral del Gobierno”, Sánchez ha aprovechado el inicio de su siguiente respuesta al diputado de Nueva Canarias Pedro Quevedo, que interpelaba sobre inmigración, para volver a dirigirse al portavoz proetarra y pedirle perdón por no contestarle de manera más amplia.
La sumisión de Pedro Sánchez ante EH Bildu recuerda a la que protagonizó a principios de septiembre de 2020, cuando acabó dando el pésame por el suicidio de un etarra en la prisión.
La triple humillación del PSOE
El PSOE se humilló hasta en tres oportunidades ante Bildu por el suicidio de un etarra en prisión.
La primera fue protagonizada por el propio Pedro Sánchez. Durante el Pleno del Senado, el líder del PSOE lamentó «profundamente» el «suicidio» del etarra Igor González en la cárcel guipuzcoana de Martutene.
Sus palabras fueron criticadas por la oposición, quienes consideraron inaceptable que el actual presidente del Gobierno mostrase su pesar por la muerte de un etarra.
La segunda humillación llegó ese mismo día de la mano de Fernando Grande-Marlaska, quien también agachó la cabeza ante Bildu.
El ministro del Interior intentó calmar al partido proetarra, que pide “nuevas políticas” con los presos de ETA, recordándoles que “90 presos de ETA” han tenido beneficios carcelarios.
“En estos dos años con el tratamiento individualizado, no colectivo, 90 presos de la organización terrorista ETA han sido trasladados o han sido progresados en grado y siempre con el control judicial, como deber ser, evidentemente”, presumió Grande-Marlaska.
Sus palabras confirman el interés del socialista por tener guiños con los proetarras de Bildu y, de esta manera, recabar su apoyo de cara a los próximos Presupuestos Generales del Estado u cualquier otro requerimiento del PSOE.
Con dos grandes humillaciones encima, el PSOE abordó la más dolorosa para todos los españoles: ignorar a las víctimas del terrorismo.
La última humillación del PSOE llegó al desoír a las víctimas de la banda terrorista.
Las asociaciones de víctimas del terrorismo, que durante los últimos meses intentan sin éxito frenar los beneficios de Grande-Marlaska a los presos etarras, tildaron a Sánchez de ser un “miserable” y “una vergüenza”.
Ángeles Pedraza, presidenta de honor de la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT), indicó en un mensaje colgado en su perfil de Twitter que:
“Señor Sánchez, es vergonzoso que se dedique a justificar el suicidio de un terrorista y a mostrar sus condolencias ante los que le mantienen en el gobierno, parece que ya no le cuesta dormir con los que legitiman mas de 50 años de terror en nuestro país, que pena de tantas vidas rotas”.
A pesar de las duras palabras de las víctimas del terrorismo, el PSOE mantiene su línea de bajar la cabeza ante Bildu. Sí, el partido con el que prometieron que nunca llegarían a un acuerdo y ante el que ahora se humillan en público para que sigan siendo sus aliados de Gobierno.
La gran mentira de Sánchez
Desde el Partido Popular realizaron un vídeo recopilatorio de todas las veces que, desde abril de 2015, Pedro Sánchez rechazó energéticamente cualquier opción de pactar o de negociar con Bildu.
El líder del PSOE afirma en distintas entrevistas que no pactaría, ni se reuniría con dicha agrupación política. Incluso, interrogado por el periodista Cake Minuesa, Sánchez afirma que “esa es una pregunta que ofende”.
“Con Bildu no vamos a pactar. Si quieres lo digo cinco veces o veinte durante la entrevista. Con Bildu no vamos a pactar, con Bildu no vamos a pactar”, afirmó en tono ‘chulesco’ en abril de 2015.
Una idea que recalcó en julio de 2019, cuando declaró que “el Partido Socialista de Navarra y el Partido Socialista Obrero Español tenemos la misma posición, y es que: con Bildu no se acuerda nada”.
Los actuales acuerdos con Bildu, pese a negar dicha opción por años, deterioran aún más la imagen de un Pedro Sánchez que protagonizó la nefasta gestión sanitaria del Gobierno ante el COVID-19 y que ordenó desde Ferraz prohibir las señales de luto o duelo a sus alcaldes.
En este sentido, Pablo Casado le dedicó un ‘tweet’ donde afirmó:
“Sánchez negocia el estado de alarma con los proetarras que ayer atacaron la casa de su candidata en País Vasco. Y lo hace a cambio de derogar la reforma laboral que ha creado 3 millones de empleos y que ampara los ERTE para 4 millones de familias. España no merece este presidente”.