Todo es propaganda y darse pote para este Gobierno socialcomunista.
Si Pedro Sánchez, durante el primer estado de alarma por la pandemia del coronavirus, presumió de haber salvado casi medio millón de vidas, ¿por qué no iban otros miembros del Ejecutivo a querer tener su momento de gloria?
José Luis Ábalos y Fernando Grande-Marlaska, a la sazón titulares de Transportes y de Interior, perpetraron el 9 de enero de 2021 una doble y esperpéntica comparecencia (a mediodía y a última hora de la tarde) para darse autobombo por la gestión que habían hecho en relación a como combatir los efectos de la ‘tormenta Filomena’.
Curioso que ambos miembros del Gobierno rechazasen hacer autocrítica sobre los fallos que pudieran haberse cometido y dijeran que lo importante era seguir trabajando. Eso sí, en cuanto hubo la más mínima ocasión, no dudaron en apuntar a la Comunidad de Madrid, al Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso, para intentar quitarse el machango de su responsabilidad y endosársela a otros.
Tal y como reza un suelto editorial del diario ABC de este 10 de enero de 2021, Ábalos y Marlaska deberían de haber tomado recortes de la titular de Defensa, Margarita Robles, que al menos se mantuvo en un discreto segundo plano mientras coordinaba a todo el efectivo de la UME, la Unidad Militar de Emergencias, que se partió literalmente el lomo por rescatar a miles de conductores atrapados por ‘Filomena’.
Sin embargo, subraya el diario de Vocento:
Margarita Robles, en retaguardia, prefirió seguir trabajando con discreción para articular el despliegue de la UME, sin el afán de protagonismo de dos ministros que en el papel de rescatadores ayer se pusieron la misma medalla que Pedro Sánchez cuando hace cinco meses se presentó ante la opinión pública como responsable de haber salvado de la muerte a 450.000 personas. Si no es por nosotros dos –vino a decir el titular de Transportes– la cosa podría haber sido mucho peor.
En El Mundo se editorializa sobre este asunto y se deja patente que el Gobierno de Pedro Sánchez optó por echar balones fuera ante lo que, evidentemente, había sido una dejación de funciones que incluso llegó a provocar que todo un aeropuerto internacional y referente mundial como el Adolfo Suárez-Madrid Barajas quedase casi 48 horas sin poder prestar servicio.
Y eso por no hablar de otras infraestructuras gestionadas por el Estado, las correspondientes al tráfico rodado y ferroviario que también han sufrido el bloqueo absoluto. Solo cuando ‘Filomena’ ya se había cebado con saña con la parte central de España, entonces se comenzó a ir ensayando fórmulas:
Es imposible pasar por alto que los servicios de meteorología llevaban días alertando de que la borrasca Filomena iba a dejar mucha nieve y serias placas de hielo por las bajas temperaturas. Y, sin embargo, cuando el viernes se hizo de noche, era patente la imprevisión con la que se empezaba a actuar, lo que provocó horas de descontrol en estaciones de trenes, en las principales carreteras del centro de España e incluso en un aeropuerto internacional de la importancia de Barajas, donde dio la impresión de que nadie estaba al mando ni asumía decisión alguna.
