Lo ha vuelto a hacer Pedro Sánchez. El líder del PSOE, fiel a su costumbre, se ha ‘derretido’ en cuanto ha llegado a España un problema de verdad, esta vez en forma de Borrasca Filomena.
No fue hasta las cuatro de la tarde de este 9 de enero de 2021, cuando ya la nueve llegaba ya a la rodilla de los madrileños, castellanos y manchegos, que el socialista que preside el Gobierno comenzó a ponerse en contacto -vía subalternos- con los presidentes de las Comunidades Autónomas más afectadas por la borrasca Filomena.
Sánchez, cuyo equipo no fue capaz de prever nada ni de tomar medidas para paliar las desventuras de los ciudadanos, llamó a Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, y a José Luis Martínez-Almeida, alcalde de la capital.
A esas horas, con un esfuerzo encomiable, agentes de la Guardia Civil, bomberos y soldados de la UME seguían rescatando a parte de los miles de conductores que habían quedo atrapados en las carreteras durante la noche.
Es el territorio más golpeado por la nevada, pero no el único.
Desde Moncloa, con una caradura que espanta, el equipo de propaganda habitual trataba de transmitir una imagen de «máxima coordinación entre las administraciones» para luchar contra los efectos de la borrasca».
Y ensucia el paisaje, de forma infame. tirando de sus periodistas de plantilla y de sus cadenas de televisión y periódicos cautivos.
Los tuits de Pablo Iglesias, cuando había atascos por nieve y no tenía chalet en la sierra.
El oportunismo político y intoxicación barata sobran en circunstancias como las que estamos viviendo y la obsesión enfermiza contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, Díaz Ayuso, de que han hecho gala medios como la Cadena SER son tan tristes como ridículos.
Ya se retrataron la izquierda española y los medios ‘progres’ con el Prestige, o hace justo tres años, con el colapso de la A-6. Lo mismo que hicieron cuando subió el precio de la luz con el Gobierno Rajoy; luz que este 9 de enero de 2021 y con el Gobierno PSOE-Podemos alcanzó el precio más alto de la Historia.
No hace falta recordarle al ministro Abalos y a su nueva pareja, el ministro Grande-Marlaska que Renfe y Aena no son competencia de Díaz Ayuso.
No viene mal, para que lo tengan en cuenta a la hora de votar los ciudadanos, que el siempre sobrado ministro Ábalos había asegurado el viernes, en declaraciones a TVE, que todo estaba preparado y controlado para recibir a Filomena.
Tuvo hasta loa cara de salir en Antena 3 asegurando que todo estaba funcionando, cuando ya había miles de personas atrapadas en las carreteras, el AVE suspendido y el aeropuerto de Madrid había tenido que ser cerrado.
Trató de de justificarse al principio de la tarde del sábado, diciendo con gesto compungido que el Gobierno socialcomunista estaban «sorprendidos por la magnitud de la tormenta».
Pues aunque Abalos no se enteró y tampoco sus numerosos y bien pagados compañeros de Gabinete, AEMET, El Tiempo y todos los servicios de Meteorología llevaba días advirtiendo de que se avecinaba una tormenta sin precedentes.
A esa hora, mientras el ministro mentía otra vez a los españoles, la Guardia Civil había auxiliado ya a 799 personas y evacuado a otras 418.
Más de 600 carreteras, cien en la red principal, se encontraban por la nevada, Barajas se cerraba, el AVE no salía y esto era un caos.
Y Pedro Sánchez calentito en La Moncloa, como su vicepresidente Pablo Iglesias que disfrutaba del fuego de la la chimenea en el chalet.
