Francina Armengol, presidenta balear y experta en saltarse sus propias normas, metió en un berenjenal al titular de Agricultura

El ministro Planas acudió en Baleares a dos ágapes que cuatriplicaron el límite de los comensales permitidos

¿Por qué el titular ministerial aceptó como normal mantener una cena con 24 asistentes y una comida con otros 26?

El ministro Planas acudió en Baleares a dos ágapes que cuatriplicaron el límite de los comensales permitidos

No es un asunto menor el berenjenal en el que se ha metido el titular de Agricultura del Gobierno de España.

Cierto es que Luis Planas no era quien organizó ambos banquetes, una cena y una comida, que todo corría a cuenta del Ejecutivo de Baleares, es decir de la correligionaria socialista Francina Armengol, otra que tal baila.

Sin embargo, por una cuestión de responsabilidad, máxime cuando en las Islas Baleares ya estaba la situación crítica y el propio gabinete autonómico había optado por reducir el número de asistentes a comidas y cenas a un número máximo de seis personas, no es de recibo que el responsable de la cartera de Agricultura dé carta de naturaleza a dos ágapes en los que se reunieron 24 y 26 comensales.

Es decir, tal y como adelanta el diario ABC, Armengol optó por cuadriplicar el límite máximo que ella había establecido para controlar los contagios por coronavirus. Pero ello tampoco libra a un Planas al que, se le presupone, debería se estar informado de las restricciones en cada territorio, máxime porque él es un miembro del Gobierno.

El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación acudía a una serie de encuentros en Baleares entre el 25 y el 26 de noviembre de 2020 con representantes de las organizaciones profesionales agrarias.

Hasta ahí todo correcto, el problema se dio cuando una de esas reuniones derivó en una cena en el patio de una bodega a la que acudieron 24 personas.

Y como los hay que persisten en el error. El 26 de noviembre de 2020, Planas, después de presentar la ampliación de la reserva marina de Sa Dragonera, en la localidad mallorquina de Andratx, estuvo en un almuerzo con 26 personas, sobrepasando por cuatro el límite de asistentes permitidos.

CONSEJOS VENDO Y PARA MÍ NO TENGO

La cuestión de esta metedura de pata de Luis Planas, empujado a ello por la socialista presidenta de Baleares, es que, una vez más, los políticos demuestran una habilidad magistral para dictar normas a los demás, pero luego saltarse ellos mismos a la torera esas restricciones.

De hecho, llama poderosamente la atención que en este controvertido doble ágape del ministro de Agricultura esté metida también de hoz y coz Francina Armengol, la jefa del Ejecutivo balear.

La socialista arrastra consigo una polémica que no se ha olvidado, la de ser pillada a altas horas de la madrugada en un pub de la isla de Mallorca cuando se había impuesto un horario de cierre a los locales de ocio.

Fue sobre las dos de la madrugada del 7 de octubre de 2020 cuando la Policía, en una ronda rutinaria, detectó que un bar de copas tenía actividad, pese a que ese tipo de establecimientos ya no podía estar operativo en ese horario. El tope de cierre, y solo para locales que ofrecieran cenas, estaba fijado en la una de la madrugada.

En el establecimiento en concreto, el Hat Bar, se hallaron a varias personas, entre ellas a la propia presidenta Francina Armengol, quien trató infructuosamente por todos los medios de que la denuncia no se filtrara a los medios de comunicación.

Lo mejor fue el argumento para justificar la presencia de Armengol en ese local y que el mismo estuviese abierto por encima del límite permitido, que uno de los miembros de la comitiva que acompañaba a la presidenta regional había sufrido un desmayo.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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