SU CACAREADO ESCUDO SOCIAL NO PASA DE SER MERA PROPAGANDA DE CARTÓN PIEDRA

Todo en Sánchez es ‘fake’: Ni el bono eléctrico ni el Ingreso Mínimo Vital protegen a las familias más vulnerables

El IMV no llega ni el 20% de los hogares que está calificado para cobrar esa ayuda

Todo en Sánchez es 'fake': Ni el bono eléctrico ni el Ingreso Mínimo Vital protegen a las familias más vulnerables
Pedro Sánchez y la legión de pobres que está dejando su mandato.

Es el rey de los eslóganes.

Luego, que estos se cumplan, ya es harina de otro costal.

Pedro Sánchez, ese que tanto presumía de que nadie iba a quedarse atrás cuando España afrontaba los meses más duro de la pandemia, con decenas de miles de muertos y cientos de miles de trabajadores al paro o a los ERTE, demuestra que tiene un pico de oro.

Pero una cosa es predicar y otra dar trigo.

Y lo dijo claramente Isabel San Sebastián en ABC, que Sánchez es «un embustero y un trilero».

Por eso no es de extrañar que el informe que han elaborado Cáritas y la Fundación FOESSA dejen en paños menores al presidente del Gobierno con su cacareado escudo social.

Datos hay para parar no un tren, sino la estación de Atocha Renfe al completo.

Por ejemplo, yendo a lo que está sucediendo con la percepción del Ingreso Mínimo Vital, el IMV.

La complejidad para su solicitud ha provocado que un 68% de familias con pobreza severa no hayan siquiera iniciado los trámites para solicitar el mismo.

Solo el 18,6% de esas personas está recibiendo la ayuda o está a punto de que le sea concedida.

Y casi la mitad de los solicitantes, un 49%, se le ha denegado la ayuda.

EL DILEMA: ALIMENTAR EL ESTÓMAGO O CALENTAR LA CASA

El paro total o parcial (los ERTE) al que se han visto abocados cientos de miles de trabajadores tampoco ayuda.

El Gobierno de Sánchez alardeó mucho del bono eléctrico para evitar que a los más vulnerables se les cortase la luz por impagos.

El problema es que, precisamente, con la luz por las nubes, con picos de 319 euros el megavatio hora, muchas familias ni siquiera pueden pensar en tirar de calefacción eléctrica y tienen que recurrir al gas butano, algo que no está considerado en ese bono energético.

Y encima la bombona de gas se ha disparado desde enero de 2020. De 13,37 euros que costaba dos meses antes de que oficialmente se decretase el estado de alarma por la pandemia en España, se ha pasado a 16,13 euros a finales de septiembre de 2021.

¿Resultado? Que o bien se gastan esas familias el dinero en calentar su hogar, o bien dedican los pocos capitales en llenar la despensa. Pero el dinero no les alcanza para ambos conceptos.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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