Ataques desesperados contra el líder del PP para intentar reflotar las encuestas

Los insultos del PSOE y los ministro socialcomunistas a Feijóo, pruebas del pánico de Sánchez

Comparar al presidente del PP con Donald Trump o tildarle de ‘negacionista’ evidencia la desesperación de los socialistas que buscan en la descalificación lo que no logran con sus propuestas

Pedro Sánchez y su multitudinario Gobierno están aterrados por el avance del PP.

Viendo lo mal que les van las cosas en las encuestas e incapaces de hacer frente a problemas como la inflación o el desempleo, el Gobierno PSOE-Podemos optó por convertir a Alberto Núñez Feijóo en el objetivo de una masiva campaña de insultos, descalificaciones y falacias.

Comparar al presidente del PP con Donald Trump, presentarle como un rehén de la ultraderecha o tildarle de negacionista no solo resulta chistoso, sino también descriptivo de la catadura del líder socialista y su cuadrilla.

Con la que está cayendo por la crisis económica, un presidente sensato buscaría con denuedo cerrar acuerdos con la oposición, para tratar de paliar problemas tan graves como la crisis energética, el desempleo y el galopante empobrecimiento de España.

Intentaría rebajar la tensión y lograr cierto consenso.

Pero Sánchez, que le ha cogido un cariño enfermizo al Falcón y al colchón que le compró Begoña cuando entró en la Moncloa, solo busca coartadas y maquina para intentar presentar al líder de la oposición como un peligroso ‘extremista’.

Pincha en hueso, porque la inmensa mayoría de la gente, a estas alturas, no anda preocupada por por el supuesto radicalismo de la derecha, sino por la nefasta gestión de un Gobierno fracasado en todos los índices que miden el bienestar de una sociedad: la tasa de desempleo es la peor de Europa, el esfuerzo fiscal no ha dejado de subir con múltiples excusas, el poder adquisitivo se ha reducido cerca de un 11 por ciento y ninguna otra economía europea se ha desplomado tanto ni está tardando tanto en recuperar sus niveles habituales.

Las cuatro derrotas electorales consecutivas de Sánchez, en Galicia, Madrid, Castilla y León y Andalucía; deberían haberle hecho reflexionar, pero es tan presumido y tan sectario el tipo, que ha perdido la capacidad de aprender.

Que nadie se lleve luego a engaño: diga lo que diga Pedro Sánchez en la próxima campaña electoral, sobre cómo y con quién quiere gobernar, por mucho que repita otra vez que no va a pactar con Bildu, que no cederá ante los golpistas catalanes o que las ocurrencias de Podemos le quitan el sueño, a la hora de la verdad y si la gente comete el error de volver a confiar en el él, el líder del PSOE se abrazará otra vez a mismos compañeros de viaje que llevan ya cuatro años dejando España como un erial.

Alberto Núñez Feijóo

Alberto Núñez Feijóo

Efecto contraproducente

Cada insulto de Pedro Sánchez y sus ministros al PP es un nuevo voto para Alberto Núñez Feijóo.

El último sondeo de NC Report desvela que la estrategia del PSOE de atacar sin piedad al líder del PP no solo está haciendo aguas, sino que está catapultando el ‘efecto Feijóo’ a pasos acelerados.

La encuesta demuestra que el PP todavía mejora más sus expectativas y podría sumar otros dos escaños, para llegar a los 142, con un 34 por ciento de los votos y 3.197.828 votos más que los que obtuvo en las últimas elecciones generales de noviembre de 2019.

Los ataques a coro de ministros y dirigentes socialistas contra Feijóo, y con la ayuda de todos los satélites de la izquierda, redundan en 456.225 votos más para el PP en un mes.

En esta encuesta, realizada entre el 23 y el 27 de agosto, el PSOE tiene una proyección de voto que se queda en el 23,8 por ciento, lo que le dejaría entre 90 y 92 diputados. Podría llegar a perder hasta 30 escaños con respecto a las últimas elecciones, como consecuencia del millón de votos que renuncia a apoyar sus siglas. El desgaste socialista se une al que sigue sufriendo Podemos y aleja la posibilidad de que puedan reeditar el Gobierno de coalición.

Los morados se mueven entre los 23 y 25 diputados, es decir, de 10 a 12 menos de los que consiguieron en las generales. En votos, la caída llega hasta los 767.152. El deterioro de Unidas Podemos está estabilizado con respecto a anteriores encuestas, lo que prueba que los votos que sigue perdiendo el PSOE no miran, de momento, hacia la plataforma que quiere liderar Yolanda Díaz.

El problema de la izquierda es la abstención, pero también la fuga hacia el PP. Ésta es precisamente la clave de la ofensiva contra Feijóo, que tiene como fundamento trasladar a la izquierda y a los votantes más moderados la idea de que el político gallego es un «radical». En contra de este relato está la imagen que el líder popular ha construido en su amplia experiencia en política y como gestor, avalado por las cuatro mayorías absolutas que acumuló como presidente de la Junta.

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