ENTREGUISMO IMPÚDICO A LA BANDA DE ARNALDO OTEGI

Las dos indignidades que sellan la rendición de Sánchez y el PSOE a los proetarras de EH Bildu

Se quiere equiparar a las víctimas de ETA con aquellos proetarras que denuncien abusos policiales y excarcelar a terroristas sin necesidad de que pidan perdón por sus crímenes

Pedro Sánchez y Arnaldo Otegi.
Pedro Sánchez y Arnaldo Otegi.

Como decía aquel famoso mayordomo de la publicad, el algodón no engaña.

Y está claro que a día de hoy Pedro Sánchez no se la puede colar a ningún español de bien.

El presidente socialcomunista es consciente de que debe su estancia en La Moncloa a formaciones de la calaña de EH Bildu y va a hacer todos los gestos oportunos para, en función del reparto de escaños que salga de las urnas, poder reeditar otro Ejecutivo Frankenstein.

Así que Sánchez y su círculo de confianza están por la labor de demostrar que están rendidos a los ‘encantos’ de los herederos políticos de ETA.

Y para muestra, dos botones.

Una de las lugartenientes autonómicas del sanchismo y fervorosa ‘groupie’ de los filoetarras de la formación de Arnaldo Otegi, la presidenta de Navarra, la socialista María Chivite, tiene metido entre ceja y ceja que a los proetarras hay que darles un premio.

La mandataria foral ha abierto el plazo de inscripción para reconocer y reparar (económicamente, claro) a las víctimas de actos de motivación política que, a su juicio, hayan estado impulsados por supuestos grupos de extrema dererecha y hasta funcionarios públicos.

Hablando en plata, se trata de indemnizaciones que pone en el mismo escalafón a una víctima de la sanguinaria acción terrorista de ETA con aquellas otras que, sin aportar pruebas contundentes, digan haber sido víctimas de agentes de la Guardia Civil, de la Policía Nacional, Foral o incluso de miembros del propio Ejército.

Pero la ignominia es aún peor cuando se conoce el segundo gesto con los filoetarras al que está dispuesto a llegar el Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez.

Ahora mismo, con la ley en la mano, la excarcelación de los etarras se topa contra un muro imposible para ellos, el de pedir perdón por sus crímenes.

Sin las pertinentes disculpas a las víctimas, la ley impide que los presos de ETA puedan abandonar la prisión, tal y como está establecido en la Ley Orgánica 7/2003.

Pero como a Sánchez le encanta retorcer la ley a capricho, se pretende relajar la legislación para que los reclusos etarras puedan abandonar las penitenciarías a pesar de que no se produzca ese obligado perdón a las víctimas.

Es más, tampoco se les exigiría colaboración a esos miembros de ETA para que colaboren en el esclarecimiento de los asesinatos cometidos.

En definitiva, el PSOE de Sánchez, con Chivite como cómplice necesaria en este apestoso montaje, quiere asegurarse un futuro voto favorable del partido de Arnaldo Otegi en el caso de que las cuentas saliesen para poder seguir en La Moncloa después de celebradas las elecciones.

Sin duda, un nuevo escupitajo en el rostro de quienes han sufrido la barbarie de ETA. Pero Sánchez ya ha demostrado, por activa y por pasiva, que él está del lado de los delicuentes.

Y si no que se lo digan a los golpistas del 1-O, que pasaron de ver como Pedro Sánchez aseguraba en octubre de 2019 que cumplirían íntegramente sus penas a indultarlos a finales de junio de 2021.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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