Carla Toscano está dispuesta a volver a poner a llorar a Irene Montero.
La diputada de VOX, que le sacó las lágrimas a la ministra de Igualdad al recordarle que «su único mérito es haber estudiado en profundidad a Pablo Iglesias”, cargó de nuevo en contra de la política de extrema izquierda por su nuevo dislate ‘feminista’.
El Ministerio de Igualdad diseñó un plan para perseguir como «violencia machista» los ataque a las mujeres que se dedican a la política (desde insultos y amenazas, a la violencia «psicológica» y «simbólica», «ataques mediáticos» y críticas en las redes sociales).
La «Estrategia estatal para combatir violencias machistas 2022-2025», presentada por la propia Irene Montero y su secretaria de Estado, Ángela Rodríguez Pam (la de las mofas por los beneficios de la Ley del ‘solo sí es sí’ a violadores), incluye un apartado dedicado a la «violencia política».
Al respecto, explica que «las prácticas tradicionales nocivas y los delitos cometidos contra las defensoras de los derechos humanos, las políticas, las activistas o las periodistas constituyen también formas de violencia por razón de género contra las mujeres».
Una iniciativa que le costó un nuevo varapalo de Toscano: “Hola Irene Montero. Espero tu condena a las amenazas de muerte y burradas con las que muchas mujeres de VOX lidiamos a diario”.
A lo que agregó: “Y no. El insulto en política es desagradable, pero no es violencia machista. Deja de frivolizar con el sufrimiento de las mujeres maltratadas”.
Hola, @IreneMontero. Espero tu condena a las amenazas de muerte y burradas con las que muchas mujeres de Vox lidiamos a diario.
P.D. Y no. El insulto en política es desagradable, pero no es violencia machista. Deja de frivolizar con el sufrimiento de las mujeres maltratadas. pic.twitter.com/AHPVcfHR8w
— Carla Toscano (@eledhmel) January 18, 2023
Es importante recordar que irónicamente fue Pablo Echenique, portavoz de Podemos en el Congreso, quien tildó de bulo la pedrada sufrida por la diputada de VOX Rocío de Meer (sí a una mujer) en un acto de campaña en Sestao (Vizcaya).
«Sólo hizo falta un poco de kétchup para que se tragaran un bulo como una catedral», sostuvo Echenique, negando que se produjera tal agresión, pese a que las imágenes no dejaban lugar a dudas.
El partido que lidera Pablo Iglesias también se negó a condenar en 2019 el ataque a la sede de Ciudadanos en Pamplona, con pintadas en favor de la banda terrorista ETA, esvásticas y proclamas exigiendo la expulsión de la Guardia Civil de Navarra. «Discrepancias políticas que ocurren en las sedes de los partidos», según la formación morada.
No se puede pasar por alto que fueron los dirigentes de la cúpula original de Unidas Podemos quienes exportaron los escraches de Argentina a España calificándolos de «jarabe democrático». Un rótulo bajo el cual justificaban el acoso violento a dirigentes del PP como Esperanza Aguirre o Cristina Cifuentes.
La hipocresía de Irene Montero y su partido también fue criticada por Ana Rosa Quintana, quien en el monólogo de su programa del 18 de enero precisó: “Las personas jurídicas ni siquiera van a poder desahogarse espontáneamente porque ahora el ministerio de Igualdad quiere perseguir los insultos, las críticas en redes y los ataques mediáticos a las políticas y que sea reconocido como violencia machista”.
Una iniciativa que indignó a la periodista de Telecinco: “Pero a las políticas, eh. Si usted riñe a una policía eso no es violencia machista. Solo a las políticas…”.