Carmelo, José, Miguel Ángel, Jesús María, Jesús, Andrés José, Jose Joaquín, Santiago, Antonio, Javier, Miguel Ángel y Juan Ignacio.
Estos son los nombres propios del atentado más sangriento que la banda terrorista ETA ejecutaría en Madrid a lo largo de sus 42 años de historia criminal.
Este 14 de julio de 2023 se cumplen 37 años de esta matanza, un hecho que no ha pasado por alto Rubén Múgica, quien subió a sus redes sociales la foto en la que se ve el estado en el que quedó al autobús de los jóvenes guardias civiles.
Una fotografía que añade 12 razones más para el desalojo de Pedro Sánchez de La Moncloa el 23-J.
14.7.1986: Madrid, plaza de la República Dominicana. Doce asesinados por ETA #Memoria pic.twitter.com/hdVp0wc0g3
— Rubén Múgica (@rubenmugica) July 14, 2023
El 14 de julio de 1986 el ‘comando Madrid’ de la organización terrorista ETA -compuesto por Idoia López Riaño, alias ‘La Tigresa’; Iñaki de Juana Chaos; Antonio Troitiño; Esteban Esteban Nieto; Juan Manuel Soares Gamboa; e Inés del Río Prada– colocó una furgoneta bomba que hizo estallar a las 7:45 de la mañana en la plaza de la República Dominicana, donde se localizaba a escasos metros la Escuela de Tráfico de la calle del Príncipe de Vergara. El resultado fue de una brutalidad inusual por aquel entonces: 12 guardias civiles muertos y 60 heridos, varios de ellos civiles que esperaban en una parada de autobús cercana.
El atentado fue de una precisión tremenda. Los terroristas fijaron como objetivo un convoy que salía todos los días sobre las 7:15 horas de las dependencias y que hacía siempre el mismo recorrido. Estudiaron durante los días previos al brutal atentado el comportamiento de los agentes en las inmediaciones del cuartel y llegaron a la conclusión de que lo más eficaz para dejar el mayor número de muertos posible sería utilizar un vehículo bomba. Fue entonces cuando el terrorista de Juana Chaos compró una furgoneta en el rastro de Madrid por 175.000 pesetas, algo más de mil euros.

‘La Tigresa’ y Juan Manuel Soares Gamboa fueron los encargados de estacionar un coche los días previos al atentado en una plaza de aparcamiento de la zona. La noche previa al ataque terrorista cambiarían el vehículo por la furgoneta preparada con cinco ollas a presión repletas de metralla conectadas a 35 kilos de dinamita goma-2 y camufladas con rollos de papel higiénico en su parte trasera. A las 7:45 horas de aquella mañana del 14 de julio de 1986, cuando los coches de la benemérita pasaban por delante de la furgoneta, Troitiño hizo estallar la bomba.
Cuatro guardias civiles murieron en el acto tras la explosión y los otros ocho fallecieron en los días siguientes, la mayoría por hemorragias cerebrales o fracturas en el cráneo, haciendo que el de República Dominicana se convirtiera en el atentado más mortífero de ETA hasta ese momento, superado en 1987 por el atentado de Hipercor en Barcelona.

