La AVT me ha intentado imponer silencios en los que no estaba de acuerdo
Desde la Junta Directiva de la AVT le intentaron imponer silencios con los que este letrado no estaba de acuerdo. Confiesa que no gozaba de la libertad de otras etapas para ejercer su trabajo como en otros procedimientos anteriores.
«Es extraño que cuando trato de realizar una investigación (del caso Faisán) un poco más abierta de lo que se estaba haciendo hasta ese momento, se me dice que mis diligencias serán limitadas. Y hay un momento en el que me dicen que no haga nada».
Poco después de que, en un acto calificado por Juan Carlos Rodríguez Segura como «bochornoso», García Casquero prohibiese a Manuela Rubio (socia de Rodríguez Segura en su bufete) acercarse al sumario del caso, su contrato es rescindido con la AVT tras más de dos décadas de servicio.
El abogado cuenta como en noviembre de 2009 le comunican que en pocos meses se quedará fuera de la AVT. En ese momento, la Asociación de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad Víctimas del Terrorismo y Voces contra el Terrorismo no tardan en ponerse en contacto con él y con Manuela Rubio para que se haga cargo de sus casos.
El presidente de ésta última, Francisco José Alcaraz, les pide que ejerzan en su nombre en el caso Faisán para evitar que la causa sea archivada. Rodríguez Segura encuentra de este modo la oportunidad de seguir dentro del caso porque, a su juicio,
«Todavía hay que investigar mucho más. No está investigada, por ejemplo, la motivación del caso.»
Este letrado explica que se trata de saber cuál fue el móvil para que se paralizara una operación policial y judicial en la que se investigaba la red de extorsión de ETA.