Sería mejor que todo se aclarara y se juzgara y que el PP aprovechara el proceso para limpiar fondos
Por dos votos contra uno, la Sala de lo penal del Tribunal Superior de Justicia de Madrid tomó el martes 23 de marzo la decisión de eliminar del Sumario Gürtel las conversaciones grabadas en la cárcel entre los imputados en la trama y sus abogados.
Se eliminan todas las grabaciones menos una, aquélla en la que intervenía el abogado Antonio López Rubal.
¿Y por qué ésta no se anuló? Porque este abogado estaba ya imputado en la misma causa que su cliente, el ex secretario del PP gallego, Pablo Crespo.
Y uno se pregunta: ¿qué le hubiera costado a Garzón dictar un auto, previo a las grabaciones, implicando al resto de abogados?
¿O es que el juez no sabía que a los abogados defensores se les pueden grabar conversaciones con sus defendidos sólo en caso de terrorismo o bien si, previamente, se les imputa algún delito? Y si sabiendo todo esto no lo hizo, será por algo.
La causa está, en que el Juez Campeador siempre ha pensado que puede hacer con la instrucción lo que le viene en gana.
¿Cómo ocuparse de una cosa tan nimia como es cumplir con las leyes procesales cuando lo que se busca es nada menos que la Justicia universal?
Con la decisión del Tribunal madrileño ha sonado la hora de rasgarse las vestiduras, de producir una cascada de descalificaciones contra todo y contra todos… menos contra el causante de este desaguisado, Baltasar Garzón, quien ha puesto en manos de esta pandilla del Gürtel -dedicada a desvalijar las arcas públicas- una baza que, desde luego, no se merecen.
Un regalo del juez Garzón que sólo ellos le agradecerán. Por su parte, los dirigentes del PP harían muy mal en bañarse alegres en esas aguas de borrajas.
Sería mejor que todo se aclarara y se juzgara y que el PP aprovechara el proceso para limpiar fondos, es decir, para deshacerse de la suciedad que, como es evidente, había acumulado entre sus filas. Como dicen los marinos, mejor carenar que navegar a la deriva.