El actor José Sacristán aseguró hoy, durante un homenaje a los españoles muertos en la defensa de la Libertad fuera de España durante la II Guerra Mundial, que el procesamiento del juez Baltasar Garzón por investigar los crímenes cometidos durante la Guerra Civil y el franquismo le parece «peligroso», y criticó que, tras una transición plausible, «pasado el tiempo y dadas las circunstancias, sea posible que «haya un mecanismo legal que coloque a un individuo en la situación en la que está el juez».
Sacristán, que consideró que existe «una cuestión moral que está por encima de todo» en este asunto, remarcó su sorpresa ante la situación de Garzón por el hecho de «investigar sobre este tema» cuando «no supone ningún revanchismo». No obstante, también defendió la necesidad de que haya «un poder ejecutivo, legislativo y judicial, que haya un orden y que las cosas funcionen con un respeto».
«No soy de los que van por ahí poniendo dinamita, soy de los que quieren colaborar, pero me parece que hay mucha cosa tambaleante y desdibujada», explicó al tiempo que advirtió que «hay una forma de ejercer la Justicia que se supone que pasa por revisar algunas leyes, y por poner en cuestión a algunos de los que las manejan para aproximarse a una idea más exacta de la Justicia».
En otro sentido se expresó el presidente del Senado, Javier Rojo, quien manifestó que, como ciudadano vasco, sabe «lo que es la falta de libertad» por defender las propias ideas y señaló que el juez Garzón «ha sido un activista, en el mejor sentido de la palabra, en la lucha por la libertad y contra el terrorismo». «A mi me valen estos referentes», aseveró.
«Si a esto le añadimos los referentes de la lucha contra el narcotráfico y la persecución de los crímenes contra la humanidad, yo, como ciudadano, persona y responsable, no cabe duda de que me posiciono y me comprometo en defender estas cosas siendo leal conmigo mismo», añadió.
NO COMETER LOS MISMOS «HORRORES»
Durante su intervención en el acto organizado por la Asociación de Descendientes del Exilio Español, el presidente del Senado advirtió de la necesidad de seguir recordando a los brigadistas españoles «que dieron su vida por defender los principios de la libertad» en Europa y la obligación de «no olvidar» la «memoria de aquellos hombres» porque, precisamente, «recordamos para no volver a cometer los errores y horrores» de épocas pasadas.
En este sentido, la subsecretaria de Justicia, Purificación Morandeira, que acudió en representación del Ministerio de Justicia, afirmó que «desde el Gobierno de España se tiene muy claro que no se puede olvidar». Así, consideró, «la aprobación de la Ley de Memoria Histórica debe ser un mandato a todos los poderes públicos para recordar y no olvidar». «Es un pequeño paso aunque no esté a la altura de los que lucharon por ello», dijo.
Por su parte, la presidenta de la Asociación de Descendientes de Exiliados, Ludivina García, repitió también la necesidad de no olvidar, sobre todo en el caso de los exiliados, y recordó que mientras los europeos pudieron «ir reconstruyendo su memoria» no fue posible hacer lo mismo en España, donde «todavía siguieron 40 años de silencio y de miedo».
«UNA CONCIENCIA SOCIAL» PARA ACABAR CON EL OLVIDO
«Tuvimos una transición delicada, no era el momento para hablar de reparación, en una crisis económica mucho peor, en mi recuerdo, que ésta», relató García, que aclaró que «los mismos refugiados que accedían siempre a unas medidas insuficientes de reparación» obviaron esa reconstrucción «porque entendieron que no era el momento».
No obstante, reafirmó, si bien «no entendemos por qué después se prolongó el silencio», existe un motivo de optimismo en la existencia de «una conciencia social que brota poco a poco» y que quiere dar a entender que «ese tiempo de olvido se tiene que olvidar».
Al acto acudieron numerosas personalidades de la política como el ex ministro de Defensa, Julián García Vargas; el director general de Comunicación y de Relaciones Institucionales del Ministerio de Defensa, Santos Castro Fernández; el ministro consejero de la Embajada de Francia, Jean Claude Nolla; el Embajador de la Federación de Rusia, Alexander Kuznetsov; así como el director del Departamento de Análisis y Estudios del Ministerio de Presidencia, Andrés Ortega, y el antiguo jefe de la 3ª Brigada de la Agrupación de Guerrilleros españoles en Francia, José Antonio Alonso.
