El Congreso arranca el martes la tramitación de la nueva Ley de Víctimas del Terrorismo con aval de todos los grupos

El Pleno del Congreso arrancará el próximo martes la tramitación de la nueva Ley de Víctimas del Terrorismo que fue pactada por todos los grupos parlamentarios antes del verano. El proceso empezará en la primera sesión plenaria del nuevo periodo de sesiones con el debate de toma en consideración de la proposición de ley que lleva la firma de todas las formaciones con representación parlamentaria, según acordó hoy la Junta de Portavoces.

La firma de todos los grupos parlamentarios garantiza que no habrá enmiendas de totalidad pero algunas formaciones, como Ezquerra Republicana e Izquierda Unida, han anunciado su intención de presentar enmiendas parciales de modificación al considerar que faltan asuntos por regular.

Cuando entre en vigor ese nuevo texto las víctimas del terrorismo tendrán derecho a una indemnización fija de 250.000 euros en caso de fallecimiento y 500.000 euros por lesiones que ocasionen gran invalidez, según la tabla de subvenciones incluida en la nueva ley de reconocimiento y protección integral a este colectivo.

La proposición incluye un baremo de indemnizaciones que van desde los 250.000 euros en caso de fallecimiento hasta los 75.000 que se pagarán en caso de incapacidad permanente parcial. En medio, el Estado pagará 500.000 en caso de gran invalidez, 180.000 por incapacidad permanente absoluta y 100.000 por incapacidad permanente total.

Además, también regula las subvenciones que se concederán por incapacidad temporal y por secuestro, que se calcularán multiplicando por dos o por tres el IPREM (Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples) por cada día que permanezca la lesión o la persona esté retenida. Por ejemplo, en el año 2010 el IPREM anual en doce mensualidades se ha fijado en 6.390,13 euros. Esto supone que una persona que estuviese secuestrada durante diez días tendría derecho a una indemnización de 525,21 euros.

Una de las novedades es que la proposición reconoce el derecho a reclamar las diferencias a todas aquellas víctimas que durante estos años hayan recibido ayudas o indemnizaciones menores a las que ahora se fijan. Para hacerlo contarán con un año de plazo a partir de la entrada en vigor de la ley.

EVITAR DESIGUALDADES

Pero la ley también establece las cantidades máximas que el Estado asumirá en concepto de responsabilidad civil que se fija en sentencia con el objetivo de evitar las actuales desigualdades entre las cuantías que determinan jueces diferentes ante casos similares. «La ley se inspira en el principio de igualdad, estableciendo criterios que garanticen un trato más equitativo en orden a la compensación, evitando e todo caso respuestas desiguales ante supuestos similares», establece la exposición de motivos del texto.

En concreto, el Estado asumirá hasta 500.000 euros por fallecimiento, 750.000 por gran invalidez, 300.000 por incapacidad permanente absoluta, 200.000 por incapacidad permanente total, 125.000 por incapacidad permanente parcial y hasta 100.000 euros por lesiones no invalidantes.

Este nuevo texto, que sustituye al del año 1999, reconoce todos los atentados perpetrados desde el año 1960, fecha en la que falleció la niña de 18 meses Begoña Urroz, considerada la primera víctima mortal de ETA. Hasta ahora se fijaba como fecha tope 1968, cuando falleció el guardia civil José Pardines Arcaya.

La Ley tiene el objetivo de rendir homenaje a las víctimas del terrorismo y plasmarles el «reconocimiento y respeto» del Estado. Además, como ya adelantaron a las asociaciones de víctimas reunidas el pasado martes en el Congreso, se incluirá un reconocimiento a la figura del amenazado.

«Las personas que acrediten sufrir situaciones de amenazas o coacciones directas y reiteradas, procedentes de organizaciones terroristas, serán objeto de especial atención, en el marco de sus competencias, por parte de las administraciones públicas», expone. Por su parte, los extranjeros que sufran atentados en España podrán recibir la nacionalidad por carta de naturaleza.

Además, incluye ayudas a los españoles que sufran atentados terroristas fuera de la Unión Europea aunque no los cometa una organización española ni los objetivos sean españoles. Si el español tiene su residencia habitual en el país en el que se produzca el atentado, recibirá el 50 por ciento de la indemnización, que bajará al 40 por ciento si no tiene residencia habitual en el país pero tiene algún aseguramiento y al 30 por ciento si no dispone de él.

ATENCION INTEGRAL

La Ley establece todo un mecanismo de acción y asistencia a las víctimas del terrorismo, tanto la respuesta inmediata después del atentado como todo un sistema de ayudas sanitarias, de acceso a la vivienda, laborales y educativas. Por ejemplo, las víctimas tendrán derecho a la reordenación de su tiempo de trabajo y a la movilidad geográfica.

El texto también realiza una prohibición expresa de que en los lugares públicos se haga ostentación del terrorismo mediante símbolos o monumentos y estipula que las administraciones públicas adoptarán las medidas necesarias para hacer cumplir esta prohibición. Asimismo, prevendrán todos aquellos actos que supongan menosprecio o humillación de las víctimas o exaltación del terrorismo.

La proposición incluye un artículo destinado al ámbito procesal y, además del derecho a la asistencia jurídica gratuita, reconoce el derecho de las víctimas a recibir información personalizada que le permita conocer el estado de los procedimientos que les afectan y de las acciones judiciales que pueden iniciar. Para ello, el Ministerio de Justicia deberá establecer una oficina de información y asistencia a las víctimas en la Audiencia Nacional.

Pero además, establece que se procurará que las víctimas no tengan relación directa visual o sonora con los imputados o acusados. «Los jueces y tribunales velarán y protegerán la dignidad y la seguridad personal de las víctimas en la tramitación del proceso, evitando la utilización de signos e inscripciones que puedan ofenderlas o denigrarlas», señala.

Junto a esto, se regulan las condecoraciones y honores públicos que se otorgarán a las víctimas de actos terroristas, ya sea por petición expresa de la víctima o por actuación de oficio del Ministerio de la Presidencia, y se promoverán medidas para asegurar su recuerdo y reconocimiento.

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