La Audiencia de Valladolid condena a diez años de prisión a la mujer acusada de asfixiar a su madre

La Audiencia de Valladolid ha condenado a María Victoria S.M. a diez años de prisión por el homicidio de su madre, a la que asfixió en julio de 2009 en el domicilio que compartían en la calle Puente Colgante de la capital vallisoletana.

El fallo, tras la celebración del juicio con jurado popular, desestima así la petición de la defensa de cinco años de internamiento en un centro psiquiátrico o, alternativamente, el mismo tiempo en prisión, al considerar «muy cualificada» la atenuante de los trastornos mentales que padece la homicida, que se suman a su dependencia del alcohol.

En este sentido, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas, la Audiencia impone el grado mínimo de pena en el caso de homicidio (diez años), aunque la sentencia no especifica en qué tipo de centro deberá cumplirse la pena.

La sentencia atiende la tercera y definitiva petición del fiscal, que modificó su solicitud de penas en dos ocasiones, ya que inicialmente requirió 18 años de cárcel por asesinato, aunque después apreció como atenuante la alteración moderada de facultades que la acusada pudo tener el día de los hechos, el 16 de julio de 2009, dada su situación mental y la ingesta de alcohol.

Posteriormente, la acusación pública volvió a modificar su petición a tenor del veredicto del jurado, que consideró que se daban las circunstancias de un homicidio y no de asesinato, al no apreciarse alevosía en la conducta de la acusada, ya que la víctima, de 83 años, estaba además despierta y podía defenderse.

El jurado en su veredicto también consideró probado el hecho de que María Victoria S.M. padecía un trastorno de dependencia del alcohol en base a un trastorno distímico y de personalidad y que el día de los hechos tenía levemente disminuidas sus facultades.

Además, consideró que María Victoria no obtuvo respuesta cuando solicitó ayuda a sus hermanos para atender a su madre, con quien convivía y a quien consideraba una «carga». Así, según el veredicto, el día de los hechos, la anciana habló con uno de sus hijos y dijo que su hermana estaba borracha, algo que «encolerizó» a la acusada, que se fue del domicilio para volver por la noche, entre las 23.00 y las 0.30 horas.

Según los hechos que el jurado consideró probados, fue entonces cuando encontró a su madre en la cama pero despierta y, debido al recibimiento que obtuvo por su estado de embriaguez, sufrió un estallido de ira y «arrasó» su habitación.

Posteriormente, intentó que la anciana tomara varias pastillas de Orfidal, pero no logró su objetivo y, con la intención de causar su muerte, la tapó boca y nariz con una almohada, de manera que la asfixió.

NUNCA PENSO EN MATARLA

La acusada, a lo largo de la vista celebrada en la Audiencia, no negó los hechos aunque sí aseguró que bebió varios vodka con tónica en un bar cercano a su casa y que, junto al alcohol, tomó comprimidos de Valium (diazepam).

María Victoria, que era empleada de Correos pero se encontraba de baja y en la actualidad tiene concedida la invalidez absoluta, afirmó que no era consciente de haber matado a su madre, algo en lo que «jamás» había pensado.

La acusada también explicó que cuando ocurrieron los hechos buscaba una solución porque su madre y ella no podían estar en esas condiciones en casa y pretendía que la anciana fuera a vivir con uno de sus hermanos o ingresar en una residencia de mayores.

Sin embargo, ambas convivían en el mismo domicilio y aunque se llevaban bien, cuando María Victoria bebía se producían frecuentes discusiones porque su madre se lo recriminaba.

En el juicio la defensa puso de manifiesto que en varias ocasiones la acusada había intentado suicidarse, la última días antes del juicio, cuando tuvo que ser ingresada en el Hospital Clínico.

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