La investigación de los asesinatos en el geriátrico La Caritat de Olot (Girona) podría ampliarse a más personas si se confirma que los ocho cuerpos ahora analizados, o algunos de ellos, tuvieron una muerte violenta, ya que estas exhumaciones son solo de los ancianos que fallecieron de manera sospechosa en 2010.
Según han informado a Europa Press fuentes judiciales, los ocho cadáveres que se están analizando en el Instituto Legal de Girona, que todavía no ha concluido si tuvieron una muerte natural o violenta, corresponden a ancianos que murieron en los días que trabajaba el celador de la residencia Joan V., autor confeso de otras tres muertes, en todo 2010.
Así, si se confirma que algunos de ellos tuvieron una muerte violenta, esto podría precipitar la exhumaciones de cadáveres de otros años en los que Joan V. trabajó en la residencia, en 2009, 2008 y 2007.
No obstante, las pruebas forenses podrían no ser concluyentes para determinar si los ancianos fueron asesinados.
En función del éxito de estos exámenes, se podría optar por ordenar más, aunque las fuentes citadas recuerdan que hay que hacerlo por fases, siendo prudentes y guardando respeto a la memoria.
Todo dependerá también del transcurso de las investigaciones que están realizando los Mossos d’Esquadra, que recaban todos los testimonios posibles y que ya pidieron en su día la colaboración de cualquier familiar de ancianos de La Caritat que crean que la muerte de su allegado fue sospechosa.
En cualquier caso, la decisión del juzgado de desenterrar a los ocho cadáveres responde a que hay sospechas de criminalidad en torno a su muerte, según las citadas fuentes.
Otro punto a aclarar es el grado de responsabilidad de los médicos que certificaron muerte natural en dos casos que se han confirmado como violentos, en los que podría haber alguna irregularidad o mala praxis.
Joan V. fue detenido por la muerte de una anciana y acabó confesando ante el juez que mató a tres, los días 12, 16 y 17 de octubre, administrándoles un líquido corrosivo, supuestamente lejía.
