El juez federal asesinado en Tucson fue amenazado de muerte en 2009

El juez federal asesinado el sábado en Tucson (Arizona), John M. Roll, fue amenazado de muerte en 2009 tras dictaminar que una demanda 32 millones dólares (24,8 millones de euros) presentada por varios inmigrantes ilegales en contra de un ranchero de Arizona podía seguir el trámite judicial.

Durante una tarde, Roll llegó a recibir más de 200 llamadas telefónicas en las que las personas al otro lado de la línea amenazaron al juez y su familia. Asimismo, estas personas colgaron datos personales sobre Roll en Internet.

En una entrevista con el diario ‘The Arizona Republic’ a mediados de 2009, Roll dijo que tanto él como su mujer estuvieron bajo protección policial desde hacía un mes. «Fue enervante e invasivo, pero así debía ser», agregó Roll. A finales de ese mes, Roll aseguró que cuatro hombres habían sido identificados como los responsables de las amenazas.

«Creo firmemente que no hay nada en contra de criticar una decisión judicial, pero cuando se llega a las amenazas, es un asunto totalmente diferente», puntualizó Roll.

En principio, la muerte de Roll en el tiroteo se habría debido a la mala suerte, ya que paró en el acto político por casualidad. Roll salió de un supermercado cercano cuendo vio al ayudante de la congresista Gabrielle Giffords, Ron Barber, y se paró a saludarle, según ha señalado la portavoz de Giffords. Poco después, el pistolero abría fuego contra la masa, hiriendo a Giffords y Barber y matando a Roll.

«Desgraciadamente se encontraba en el lugar equivocado en el momento equivocado», ha asegurado una fuente judicial que ha hablado bajo la condición de anonimato ya que la investigación todavía está en curso, según recoge el diario estadounidense ‘The Washington Post’.

Roll comenzó su carrera como agente judicial en el Tribunal Superior del Condado Pima. Fue un abogado asistente de la ciudad de Tucson y trabajó como fiscal penal en el Condado de Pima antes de unirse a la oficina del Fiscal de Estados Unidos en 1980, donde se especializó en la persecución de casos de drogas.

Posteriormente, fue designado en la Corte de Apelaciones de Arizona en 1987 y sirvió hasta que fue nombrado para el Tribunal Federal por el presidente George H. W. Bush en 1991. Comenzó a trabajar como juez presidente en 2006.

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