‘Txeroki’ se sentará por primera vez en España en el banquillo de los acusados la próxima primavera

El jefe militar de ETA Garikoitz Aspiazu Rubina, alias ‘Txeroki’, se sentará el próximo mes de mayo en el banquillo de los acusados de la Audiencia Nacional en el primer juicio que se celebrará en España en su contra, en el que se enfrenta a una petición fiscal de penas de 377 años de prisión, según han informado fuentes fiscales.

Un tribunal de la Sección Primera de la Sala de lo Penal le juzgará por su participación en el intento de asesinato de la teniente de alcalde de Portugalete (Vizcaya) Esther Cabezudo, el 28 de febrero de 2002.

Junto a él serán juzgados los miembros de ETA Idoya Mendizabal Múgica, alias ‘Ilargi’ y Asier Arzalluz Goñi, alias ‘Sendoa’. Los tres están acusados de planear la muerte de la edil como integrantes del comando ‘Olaia’ por lo que el Ministerio Público les imputa la comisión de 20 delitos de asesinato terrorista en grado de tentativa y uno de estragos terroristas.

Según explica el fiscal en su escrito de conclusiones provisionales, los tres colocaron en un carrito de la compra un artefacto explosivo de gran potencia destructiva que activaron al paso de Cabezudo. No lograron su objetivo porque la edil circulaba ese día junto a su escolta por la acera contrario al lugar donde se encontraba la bomba.

La explosión provocó heridas a 20 personas que se encontraban en el lugar de los hechos y daños materiales en los edificios situados en la calle valorados en casi un millón de euros.

‘Txeroki’ que fue detenido en la localidad francesa de Cauterets el 17 de noviembre de 2008 como resultado de una operación contra la cúpula de la banda terrorista acumula en la Audiencia Nacional más de 20 causas por la actividad desarrollada en ETA entre los años 2000 y 2008.

Entre ellas se encuentra la orden de atentar contra la T-4 del aeropuerto de Madrid-Barajas el 30 de diciembre de 2006, que provocó la muerte de dos ciudadanos ecuatorianos, su participación en el atentado contra el diputado socialista Eduardo Madina, que perdió una pierna al explotar una bomba lapa adosada a los bajos de su vehículo el 19 de febrero de 2002, y el traslado de explosivos a Madrid en febrero de 2004, en lo que se denominó la ‘Caravana de la Muerte’.

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