El arquitecto Santiago Calatrava, imputado en una de las piezas separadas del caso Palma Arena, ha asegurado ante el juez instructor José Castro que fue el ex presidente del Gobierno balear, Jaume Matas, quien le propuso encargarse del anteproyecto del teatro de la Opera y así como del desarrollo inicial de la remodelación del Moll Vell, por el que percibió 1,2 millones de euros de forma presuntamente irregular, lo que se lo transmitió en un desayuno en Roma en el que también estaba presente el editor Pedro Serra, según han informado fuentes jurídicas a Europa Press.
Durante su comparecencia ante el titular del Juzgado de Instrucción número 3, que se ha prolongado durante más de dos horas, el prestigioso arquitecto valenciano ha manifestado que este encuentro se produjo en septiembre de 2006, seis meses antes de que se trasladase a la capital balear para ver la bahía y analizar dónde se ubicaría la ópera, mientras que fue a finales de marzo de 2007 cuando le fue adjudicada la elaboración del anteproyecto, sobre el que ha rechazado haber sido favorecido de manera ilícita.
En este sentido, el encausado, ante la insistencia del magistrado, ha asegurado no tener constancia de que se produjesen irregularidades en esta concesión, de la que el instructor postula que se habría beneficiado de forma directa como administrador de la mercantil Santiago Calatrava AG al no haber sido convocado concurso público alguno, como tampoco sabe si se hizo «a medida» ya que «yo no me encargo de las cláusulas».
En cualquier caso, ha justificado su valía para defender el hecho que le fuesen encargados a él estos trabajos e incluso ha señalado que por este tipo de proyectos se suele facturar unos dos millones de euros, pese a que aceptó cobrar 800.000 euros menos cuando desde el Gobierno balear le transmitieron que no podían pagarle más por la realización de este estudio previo, para el que fue contratado a través del Instituto Balear de Infraestructuras y Servicios Educativos y Culturales (Ibisec).
El ingeniero, defendido por el letrado Francisco de Vega con la asistencia de José Zaforteza, ha detallado durante su extensa declaración que fue Serra quien le comentó que Matas estaba interesado en sus servicios para llevar a cabo un proyecto «emblemático» en el Moll Vell, y quien medió para poner a ambos en contacto. Tras el desayuno, Calatrava se trasladó a Palma para inaugurar una escultura conocida como ‘Bou’ en el museu Es Baluard y posteriormente reunirse junto a su mujer con Matas y otras perdonas en el Consolat de Mar, sede de la presidencia balear, a fin iniciar las negociaciones y profundizar sobre el anteproyecto.
Finalizado el encuentro, ha recordado, fue en coche hasta el Moll Vell e hizo un recorrido hasta S’Arenal, hasta donde se pretendía efectuar la remodelación, mientras iba elaborando bocatos de cara a poder materializar la maqueta de lo que sería su futuro proyecto. Al ser preguntado sobre la fecha en la que hizo el recorrido -en febrero cuando el contrato lo suscribió el 31 de marzo con el -, Calatrava ha explicado que «muchas veces he realizado trabajos previos y después me han contratado. Voy haciendo. No se puede hacer una maqueta sin planos», ha precisado en este sentido.
Así, ha explicado que se sirvió de los bocetos, dibujos de la reordenación del tráfico y del desarrollo urbanístico, y planos de la zona que fue aunando para elaborar un powerpoint que entregaría en el marco de su compromiso con el Ejecutivo autonómico junto a dos maquetas y un DVD. Sin embargo, cuando tenía que hacer la presentación del anteproyecto en Palma, una vez aterrizado en la capital balear desde Zurich le llamaron desde el Gobierno balear para decirle que la Junta Electoral la había prohibido, puesto que se pretendía dar a conocer poco antes de las elecciones autonómicas y municipales de ese año.
Cuando el magistrado le ha preguntado si no le extrañó que él mismo tuviera que presentar la maqueta, ha respondido de forma negativa ya que «siempre» lo hace con todos sus proyectos. Dos meses después, según ha señalado, supo que una de las dos maquetas que había entregado se guardaba en un almacén del Gobierno balear en el municipio de Santa María, cuyo traslado a Zurich ha justificado ante el magistrado mediante una factura. La otra maqueta, ha apuntado, estaba almacenada en un despacho de Presidencia.
Finalmente, al ser preguntado sobre la posible copia de su maqueta de un proyecto que diseñó dos décadas antes para el lago Lucerna, en Zurich, el imputado ha defendido que es habitual que «lo que antes era una escultura se vea transformado en maqueta», y de hecho ha expuesto ante el juez un libro, ‘Santiago Calatrava. Sculteptures’, con el ejemplo de 90 esculturas a las que se le dio forma de edificio, como se pretendía hacer con el teatro de la ópera.
SUS ABOGADOS: «ES UN ARQUITECTO AL QUE SE LO RIFAN»
Durante su comparecencia, el juez le ha inquirido principalmente sobre las presuntas irregularidades administrativas detectadas en su contratación, lo que según han manifestado sus abogados, tras finalizar la vista, «no tiene ninguna base ya que es una cuestión que no afecta a Calatrava, y además, hace 15 años que no se presenta a un concurso». «Es un arquitecto al que se lo rifan en muchos lugares y que está proyectando universidades en Taiwan y estadios olímpicos en Roma, un español universal», han recalcado para justificar por qué el Gobierno balear se interesó en él.
Tal y como han remarcado, su labor en relación a la ópera fue «conceptual», quería «llevar el mar hasta la catedral y proyectar el teatro en un lugar equidistante, entre la Seu y el Castell de Bellver formando un triángulo equilátero». Los letrados han cuestionado que se haya producido una malversación de fondos con este estudio previo ya que, de ser así, «el juez le hubiera preguntado si el dinero que percibió lo repartió con más personas, y no ha sido así».
Su contrato ascendió en total a 1,2 millones de euros, de los cuales un millón fue destinado al anteproyecto en sí de la remodelación, 80.000 al vídeo promocional realizado y 120.000 a las dos maquetas.
