La Audiencia Nacional juzgará este lunes a seis presuntos miembros de un comando de los GRAPO desarticulado en 2007

La Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional juzgará este lunes a los miembros de los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO) Israel Clemente y Xurxo Jorge García Vidal que se sentarán en el banquillo junto a otros cuatro presuntos integrantes de la organización terrorista: José Francisco Cela, Manuel Ramón Arango, Isabel María Aparicio y Lucio García Blanco.

Todos ellos se enfrentan a una petición fiscal de penas de entre 6 y 23 años de prisión por la comisión de delitos de integración, depósito de armas y explosivos, falsedad documental y tenencia ilícita de armas.

Según explica la Fiscalía en su escrito de conclusiones preliminares, fueron detenidos en 2007 en Barcelona. En los registros de sus domicilios y dos zulos utilizados por el comando las Fuerzas de Seguridad del Estado localizaron documentación falsa, detonadores, un revolver, una pistola y munición para ambas.

El Ministerio Público destaca que el comando había recabado datos sobre posibles objetivos. La Policía localizó documentación detallada sobre numerosas personas entre las que se encontraban empresarios, miembros de las Fuerzas Armadas, de las Fuerzas de Seguridad, de la judicatura, periodistas y políticos. Muchos de ellos habían sido objeto de vigilancias y seguimientos, destaca la fiscal Teresa Sandoval.

‘TARTAS’ y ‘GURIPAS’ EN ‘LAS CLINICAS’

La fiscal destaca que los presuntos miembros de la organización se refieren en distintos documentos también incautados y referentes a reuniones o distribución de sus fondos al material explosivo con el que cuentan y al que denominan en clave como ‘tartas’.

Entre los objetivos del comando se encontraban también las entidades bancarias a las que los acusados llamaban ‘clínicas’. La Policía localizó en poder de uno de los acusados anotaciones manuscritas en las que aparecen los aspectos a tener en cuenta para atacar un banco determinado.

El GRAPO recomienda observar si la entidad cuenta con detector o cajetines para dejar objetos metálicos y puerta doble. También advierte que hay que comprobar la presencia de «guripa» y «ver la hora del chollo» que suele situarse –dice– entre las 11 y las 12 de la mañana.

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