Dedican la agresión a “las mujeres muertas por la moral del perdón”

La extrema izquierda feminista quema una iglesia en Barcelona

El párroco señala que se trata de una organización reincidente

La parroquia ha denunciado el acto que costará 6.000 euros

La parroquia de Sant Vicenç de Sarrià, una de las más grandes y concurridas de Barcelona, sufrió un brutal ataque cuando un grupo de mujeres encapuchadas prendieron fuego a la puerta principal con el objetivo de reducirla a cenizas y quemar toda la iglesia. Finalmente, no hubo que lamentar mayores daños que la destrucción parcial de la propia puerta de madera.

Este acto de violencia salvaje se produjo a finales de marzo y apenas ha encontrado el silencio entre una clase política más preocupada por las reivindicaciones identitarias que por los problemas reales.

Además, este sólo ha sido el último -y el más violento- de una serie de ataques y ofensas contra los católicos que se están recrudeciendo en los últimos meses: procesiones ateas durante la Semana Santa, obras de teatro sacrílegas, asaltos a las capillas universitarias, etcétera. izquierda responsables de la agresión, reivindicaron los hechos en diversas páginas web como Indymedia y Saboteamos.info, reconociendo que la noche del 22 de marzo incendiaron la puerta principal de la parroquia, de unos seis metros.

En el texto publicado explican que, aunque estaba en sus planes provocar un daño material, la acción era principalmente simbólica: «La iglesia simboliza y representa la opresión histórica y actual sobre todo hacia nosotras como mujeres, decidiendo sobre nuestras mentes y nuestros cuerpos, nuestro papel y nuestros roles en esta sociedad patriarcal».

Tras este alegato, las delincuentes «una auténtica tragedia si el fuego hubiese alcanzado las dependencias». En ese incendio, el párroco encontró una firma en la que podía leerse «Gallinaria», e indagando entre documentos encontró un grupo anarquista localizado en el barrio de San Gervasio cuya presidenta era Nora, alias Gallinaria. Estas conjeturas ya fueron puestas en conocimiento de los Mossos y monseñor Valls tiene argumentos de sobra para pensar que se trata de los mismos autores de entonces, ya que sabían que la iglesia no dispone de alarma, al contrario que la rectoría.

En 2009 también fueron agredidos con bombas fétidas por un grupo que decía conmemorar así el centenario de la Semana Trágica. Tras catorce años al frente de la parroquia y cinco ataques violentos, Valls únicamente pide que «vaya mucha gente a ver la puerta» para que hechos así no queden impunes.

Este es sólo el último acto de violencia contra los católicos, a la espera de la ya anunciada «procesión atea» que pretende recorrer el centro de Madrid el Jueves Santo, coincidiendo con las procesiones del Jesús del Gran Poder y la de Jesús El Pobre, con el único fin de provocar y ofender a los católicos en una fecha tan especial para su fe. Según ha afirmado el portavoz de una de las asociaciones convocantes, Ateos en lucha, «nuestro propósito es hacer daño, o sea, hacer daño en la ideología de la gente».

Originalmente publicado en La Gaceta.

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Autor

Luis Balcarce

De 2007 a 2021 fue Jefe de Redacción de Periodista Digital, uno de los diez digitales más leídos de España.

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