El preso más antiguo de España se ve protagonista de un «culebrón largo y feo» que carece ya de audiencia

Miguel Montes Neiro, considerado el preso más antiguo de España al llevar 35 años enlazando condenas aunque sin delitos de sangre, ha remitido una carta a los medios de comunicación por medio de su hermana Encarnación en la que dice sentirse protagonista de un «culebrón largo y feo» que ya carece hasta de audiencia.

En la misiva, remitida a Europa Press, Montes Neiro, que abandonó recientemente la huelga de hambre que había emprendido para reclamar la que considera su justa libertad, se queja de que nadie, ni juez, ni criminólogo, ni abogado, le haya «razonado este castigo tan intenso», pero agradece el apoyo recibido por ciudadanía, partidos políticos, ONG y la prensa.

En un tono generalmente pesimista, dice que, tras abandonar la huelga de hambre y sin que el indulto que solicitó al Ministerio de Justicia haya sido aún concedido, parece que «todo haya sido en vano», y teme que los papeles enviados hasta ahora «sólo sirvan como combustible de papelera».

«Tengo un mar de dudas que me atormentan continuamente», dice Montes Neiro, que no consigue conciliar el sueño ni con los somníferos que le proporcionan en la prisión de Albolote, donde se encuentra interno. «Sé que son muchos miles de personas las que piden mi libertad, pero temo que los mismos que hasta ahora han puesto tanta trampa en mi vida penitenciaria y judicial no estén lejos y aún tengan en sus manos mi destrucción total. No creo que permitan que yo salga, y pueda decirle a la sociedad la realidad de esta locura que llaman prisión», señala.

Lo que está claro, considera, es que «van pasando los años» y va «marchitándose» su vida, que no puede compartir todavía con sus hijas, a las que no puede dar lo que «por derecho les pertenece», como es su «protección y cariño» y todo «cuanto un padre está obligado con su hijo». Por ello, pide a la sociedad que interceda por él para pedir su indulto y promete no delinquir «en ninguna de las formas» si finalmente obtiene la libertad.

«Tengo 61 años y responsabilidad que no podré llevar a cabo por falta de vida, pues estoy totalmente seguro de que no me quedan muchos años que vivir, las secuelas de tantos años de locura, malos tratos, se cobrarán pronto su finiquito, y me dejaran indigente de vida», sostiene Montes Neiro, que tacha de «insoportable» su situación, ya que debería haberse dado por cumplida su condena «desde hace muchos años».

Se pregunta a quién beneficia su encierro, y no encuentra «respuesta sensata» y, para finalizar, agradece a todas aquellas personas que le han escrito cartas mostrándose su apoyo disculpándose por no haberlas contestado por el «agobio» al que se enfrenta.

Su abogado, Félix Angel Martín García, ha informado a Europa Press de que el Ministerio de Justicia aún está en plazo para contestar a su petición de indulto, que confía se produzca antes de que expire, en el mes de octubre.

Montes Neiro, nacido en Granada el 23 de abril de 1950, ingresó en prisión el 7 de octubre de 1976, y desde entonces no ha vuelto a estar en libertad, salvo el periodo en que quedó en libertad condicional en el año 1994 y hasta 1996, en que fue nuevamente detenido y decretada su prisión; y durante el tiempo en el que ha permanecido fugado –1.604 días–.

Su estancia en prisión supera los 34 años y medio, lo que excede sobremanera el límite máximo de cumplimiento que el Código Penal establece para este tipo de delincuentes, los comunes. Para su letrado, «es obvio» que Montes Neiro ha permanecido en prisión mas de 20 años, «lo que le ha llevado al calificativo por la enorme trascendencia que ha tenido en los medios de comunicación su caso de ser el preso común mas antiguo de España».

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