Piden 16 años de prisión para un vecino de Culleredo (A Coruña) por presunta agresión sexual a su hija

El Ministerio público ha pedido una pena de 16 años de prisión para un vecino de Culleredo (A Coruña), acusado de un delito de agresión sexual a su hija y otro de provocación sexual. Por su parte, la defensa reclama la libre absolución ya que entiende que no están acreditados los abusos que, presuntamente, se habrían cometido entre los años 2007 y 2010.

El juicio se ha celebrado a puerta cerrada en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de A Coruña donde, además del acusado, estaban citados como testigos la niña, la directora del centro de menores a la que le confesó los hechos, así como psicólogos y forenses.

Estos últimos, según el letrado de la defensa, no pudieron acreditar la existencia de relaciones sexuales. Por el contrario, los psicólogos consideraron «creíble» el testimonio de la menor, para la que la Fiscalía pide una indemnización de 60.000 euros por daños morales.

En su escrito de calificación, el Ministerio público sostiene que el hombre, separado y que se quedó tras el divorcio con la guardia y custodia de la niña y un hermano, cometió las agresiones entre 2007 y 2010.

TRATO DE «PAREJA»

Además, señala que el acusado procuraba quedarse a solas con la niña, con la que dormía en la misma cama haciendo que su hermano durmiera en el sofá o en otra cama. Sostiene también que la trataba «como si fuera su pareja», obligándole a satisfacer sus «impulsos sexuales».

Durante este período, en 2008, la Xunta inició un expediente de protección porque durante tres meses los niños estuvieron sin escolarizar. En 2009, antes del ingreso de los menores en el centro de protección ‘La Milagrosa’, un familiar con el que llegaron a convivir puso en conocimiento de los Servicios Sociales que el padre no atendía «bien» a los niños.

La Guardia Civil también llegó a identificar al procesado por encontrarse a altas horas de la noche en la vía pública «en estado de embriaguez y acompañado de sus hijos».

TUTELA DE LOS MENORES

La Xunta asumió la guarda de los menores, en octubre de 2009, aunque autorizó al padre visitas en el centro –que en ocasiones, según el fiscal, aprovechaba para repetir los abusos cuando sacaba a la niña y su hermano a pasear fuera del centro– y después para que los llevase a casa en fin de semana.

Según la Fiscalía, la última agresión se produjo en marzo de 2010, cuando la Xunta había asumido la tutela de los menores, pero después de que el hombre, aprovechando una visita al centro de protección, se los llevase y no los devolviese a la hora establecida. En junio de ese año, la menor se lo contó a la directora del centro. Como consecuencia de estos hechos, la niña sufre secuelas psicológicas.

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