Los peritos se enzarzan sobre la validez de la prueba de ADN

Un grupo de peritos ha discrepado en el juicio que se sigue en la Audiencia Nacional por el asesinato del jefe de la Policía Municipal de Andoain (Guipúzcoa) Joseba Pagazaurtundua sobre la principal prueba que incrimina a su agresor. Mientras unos han defendido la validez de las muestras de ADN recogidas en la taza de café que utilizó el autor del crimen, otros expertos han sostenido que la insuficiencia de las evidencias hacen el resultado «poco fiable».

Así lo han asegurado durante el juicio contra Gurutz Aguirresarobe, que se enfrenta a una petición de 48 años de cárcel por el asesinato del jefe de la Policía Municipal de Andoain (Guipúzcoa), Joseba Pagazaurtundua, cometido el 8 de febrero de 2003. Aquel día la víctima se sentó como todas las mañanas en una mesa del bar Daytona desde la que gozaba de mejor ángulo de visión sobre la puerta de entrada.

Su asesino le estaba esperando sentado en un taburete de la barra y tras beber un café con leche –que no llegó a pagar– se aproximó al sargento y disparó cuatro veces sobre él, lo que provocó su muerte horas más tarde, tras ser trasladado al Hospital Nuestra Señora de Aranzazu. El atentado fue reivindicado por ETA mediante un comunicado recogido en los diarios ‘Gara’, ‘Deia’ y ‘el Diario Vasco’ el 19 de marzo de 2003.

Ante la Sección Tercera de la Sala de lo Penal, varios agentes de la Ertzaintza han explicado que recogieron material genético de una botella de agua mineral que consumió Aguirresarobe en un bar de Irún. Esta muestra coincidía con la extraída de la botella de la que bebió el acusado cuando le tomó declaración el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska.

Los peritos de la Policía Autónoma Vasca estudiaron las evidencias halladas en la cucharilla, la taza de café y en dos colillas encontradas en el escenario del crimen. Tras recibir los restos de ADN de los recipientes de agua, concluyeron que éstos eran «coincidentes con el de la taza».

Han subrayado las grandes posibilidades de que esas muestras procedieran de la misma persona y han calculado que «sólo tres o cuatro personas» en toda España podrían tener ese mismo perfil genético.

En este punto, han puesto en valor que los perfiles son «únicos y absolutamente limpios». «Partimos de una cantidad suficiente pero baja de ADN. Tiene una calidad buena pero podía ser mejorable», han precisado.

No obstante, los peritos propuestos por la defensa han rebajado a la mitad las probabilidades de que todo el perfil genético proceda de Aguirresarobe ya que «no había cantidad suficiente de ADN» en el borde de la taza de café. Han remarcado que el análisis ofrece «una duda importante» sobre la calidad de la muestra y han concluido que esta prueba es «poco fiable».

DISPARO A 1 METRO Y CON LA PISTOLA QUE MATO A GIMENEZ ABAD

Otro grupo de peritos policiales ha confirmado que los cuatro casquillos y los cuatro proyectiles analizados en la autopsia permitieron concluir que la pistola que mató a Pagaza fue la misma que acabó con la vida del presidente del PP en Aragón Manuel Giménez Abad en mayo de 2001.

Por su parte, los médicos forenses que practicaron la autopsia del jefe de Policía han ratificado que su agresor se puso «frente» a su víctima y disparó en cuatro ocasiones a una distancia de «entre 50 centímetros y un metro». «Disparó de arriba a abajo desde la izquierda de la víctima a la derecha», han informado.

Finalmente, una pareja de peritos ha resaltado que el municipio de Andoain era «una especie de modelo escala de persecución a los no nacionalistas», donde la banda desde 1994 se dedicó a acosar a sus «adversarios políticos», como podían ser militantes del PSOE, del PP o de UPN, así como periodistas o miembros de colectivos cívicos como el Foro de Ermua o Basta Ya.

El comunicado mediante el que ETA se atribuyó el asesinato mencionó su condición de miembro de Basta Ya como un dato «relevante» para señalarle como objetivo de la organización terrorista, según han resaltado.

En la sesión del juicio desarrollada esta mañana Gurutz Aguirresarobe ha negado haber participado en el asesinato y ha argumentado que no conocía a la víctima y que nunca ha empuñado un arma. «En la vida he tenido un arma en la mano», ha asegurado.

El acusado ha sostenido que la muestra de ADN recogida en la taza de café no puede ser suya ya que sólo ha tomado café dos veces en su vida y le sentaron «mal». «Me altera», ha dicho, antes de sostener que nunca ha tenido relación con la banda terrorista ETA.

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