El ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, ha recibido su cartera de manos de su antecesor en el cargo, Francisco Caamaño, y se ha comprometido a elaborar un Estatuto de las Víctimas, así como a reformar el sistema de elección del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y los requisitos en el acceso del Tribunal Constitucional.
Ruiz-Gallardón ha subrayado que afronta el puesto con un «impulso rebelde» muy necesario para «no aceptar la fatalidad» y «abrir caminos donde la senda de los problemas parece cerrarse».
Con un espíritu optimista, Ruiz-Gallardón se ha comprometido a preservar los principios de independencia e imparcialidad en las instituciones judiciales y también en el Ministerio Fiscal.
Entre otras medidas, ha avanzado que impulsará la modificación del sistema de designación del órgano de gobierno de los jueces, y los requisitos para el acceso de los magistrados del Tribunal Constitucional, órgano que se renovará de manera inmediata, «por su puesto, siempre en diálogo con la oposición».
Ruiz-Gallardón ha definido a Caamaño como un hombre «moderado» y «prudente» que asumió el puesto hace tres años en momentos difíciles. Han sido testigos del traspaso de poderes, celebrado en el Palacio de Parcent, miembros del CGPJ como Gabriela Bravo o Antonio Dorado, y exministros como José Maria Michavila o Angel Acebes.