El joven detenido el miércoles por la Policía Local tras amenazar al alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto, en el vestíbulo del Ayuntamiento ha aceptado una pena de cuatro meses de prisión por un delito de atentado a la autoridad y resistencia, si bien la ejecución de la sentencia queda suspendida por un periodo de dos años al carecer de antecedentes penales.
Así lo han explicado a Europa Press fuentes cercanas al caso y ha publicado este viernes ‘Diario Córdoba’. En concreto, el jueves se celebró un juicio rápido en el Juzgado de Instrucción número 7 de Córdoba, en funciones de guardia.
El procesado fue arrestado en el vestíbulo del Ayuntamiento después de protagonizar un altercado en el que intentó agredir a Nieto, y fueron necesarios cinco policías para reducirlo. El incidente comenzó poco después de las 11.00 horas, cuando en la sala de Comisiones se presentaba la cata de los vinos de Montilla-Moriles.
La madre del procesado intentó hablar con Nieto porque su hijo, en situación de desempleo, había recibido una orden de embargo por valor de 2.109 euros y no tenía dinero para pagar, pero no consiguió entrevistarse con el alcalde.
El hijo se fue y volvió acabado este acto, cuando las autoridades se fotografiaban en el vestíbulo del edificio. Fue entonces cuando se abalanzó hacia Nieto pero los policías y escoltas lograron, con serias dificultades, sacarlo a la calle, donde lo esposaron y trasladaron en un vehículo policial a la jefatura.
EL ALCALDE LAMENTA LOS HECHOS
Por su parte, el alcalde de Córdoba lamentó el jueves que este joven perdiera «los nervios» ante él y no tuviera «el comportamiento adecuado en un sitio como es el Ayuntamiento», a lo que ha añadido que «hay muchas personas en Córdoba que están en situación límite, que no pueden hacer frente a sus necesidades más básicas», y ve «normal que algunas de esas personas pierdan los nervios y la teórica compostura en ciertas situaciones», por lo que subraya que «hay que tener comprensión hacia esas personas».
No obstante, considera que «no es bueno alarmar», dado que «no fue un intento de agresión», sino que fue «una persona que pierde los nervios y en esa situación de perder los nervios no tiene el comportamiento adecuado en un sitio como es el Ayuntamiento», por tanto no cree que sea bueno que «se genere un sensación en la que parezca que hay personas violentas».
Por ello, no le gustaría que «se criminalice a nadie porque no hubo ninguna actitud violenta», y fue «desgraciadamente una situación que no es única, se ha producido más veces y me temo que se producirá más veces en el futuro porque cuando una persona está desesperada busca soluciones aunque sepa que no se pueden producir».
