La Fiscalía General hurga en la delincuencia financiera

Torres-Dulce quiere abrir las ‘Cajas de Pandora’ de Ahorros

España ocupa el decimoquinto lugar de los países más corruptos de Europa

Torres-Dulce quiere abrir las 'Cajas de Pandora' de Ahorros
Eduardo Torres-Dulce. EP

El Fiscal General de Estado, Eduardo Torres-Dulce, parece que se ha decidido a abrir todas las ‘Cajas de Pandora» de Ahorros de España. En la mitología griega, la genuina «caja de Pandora» era un recipiente que contenía todos los males que aquejaban a la humanidad. Las cajas españolas no son tan pretenciosas.

Pero a medida que se van abriendo y se van analizando sus contenidos, sus dobles fondos, sus dobles contabilidades, se va descubriendo que guardaban gran parte de los males que aquejan a la sociedad española: codicia, mentira, abuso de poder, trato de favor, nepotismo, financiación ilegal de partidos, malversación de fondos, enriquecimiento ilícito, impunidad, corrupción y ‘genocidio’ incruento de pymes y seres humanos.

Torres-Dulce, en unas declaraciones a la agencia Europa Press, confirma que ha dado orden al fiscal jefe Anticorrupción, Antonio Salinas, para que entre a saco en «todo tipo de responsabilidades penales que pudieran derivarse de la gestión de las cajas de ahorro». El Fiscal General, como se sabe, es un reconocido crítico de cine y no ignora que esa declaración, por si sola, no resulta taquillera. Por eso entra en el quid de la cuestión que en los últimos tiempos hiere la sensibilidad del respetable público, y hace acotaciones específicas en asuntos como «si la percepción de determinadas cantidades indemnizatorias pudiera estar incurso en algún tipo delictivo».

No se trata de calmar a una masa cuyo deporte nacional es recoger los pedazos de ídolos caídos. ¡Es la Justicia, idiota! Y que se dé por aludido cualquier dirigente financiero que se justifica estos días ante sus familias, ante sus amigos, con la socorrida envidia nacional que incita a los linchamientos. Con pólvora del Rey, con el dinero de anónimos y humildes impositores españoles, no se puede practicar la chapuza, el amiguismo, el agravio comparativo de intereses (ridículos para los elegidos y usureros para los anónimos), la inversión sin red para enchufados, el «vuelva usted mañana» para los emprendedores con buenas e innovadoras ideas y el reparto del botín en contratos blindados.

La Justicia española no puede correr el riesgo de mantenerse al margen de esa cultura continuada de laissez faire, laissez passer que han practicado MAFO y sus antecesores, mientras los Zapateros de turno han mirado para otro lado. Como teoría de laboratorio para Adam Smith, es una simple visión discutible y discutida. Pero para los responsables de un Estado Social y Democrático de Derecho, es una aberración que mina los cimientos de la Constitución del 1978.

LOS POLÍTICOS SE LAVAN LAS MANOS

A Europa y a los mercados les preocupa que la banca y las instituciones de ahorro españolas sean sumideros que se traguen fondos de la eurozona. En eso coinciden Merkel y Hollande, ¿ves? Pero lo que debería preocupar a Rajoy, Rubalcaba, los diferentes portavoces de los grupos parlamentarios y todas sus obedientes señorías del Congreso, que siguen a ciegas las consignas de sus corifeos, es algo más que la imagen de picaresca financiera que estamos ofreciéndole al mundo. Es la ética, el juego limpio y la creación de una implacable Comisión de Investigación parlamentaria que no dejase ni un cajón, ni un pico de la alfombra, ni una irregularidad, ni un solo contrato blindado, ni un solo halcón financiero sin un previo juicio político sumarísimo.

Una vez más, cada partido con su interés, cada loco con su tema, según los colores partidista con los que contempla la vida. Mientras unos piden comisiones de investigación para Bankia, otros la piden para la Caja de Castilla La Mancha; unos la piden para las cajas andaluzas y otros para las gallegas. Siempre la obsesión de arrimar el ascua a cada una de las respectivas sardinas de cada partido, según tenga responsabilidades de gobierno en un sitio o en otro de la geografía española.

¿De verdad no van a hacer en el Congrego una catarsis de las respectivas responsabilidades en el dantesco proceso de las cajas de ahorros españolas? ¿En vez del strip tease integral, van a correr un tupido velo? Se lo deben a los españoles, sería higiénico para ellos mismos y sobre todo higiénico para la democracia.

A MÁS CORRUPCIÓN, MÁS POBREZA

Pero que no se haga ilusiones Eduardo Torres-Dulce. Le van a dejar a él sólo el marrón. Quizá incluso le tracen una delgada línea roja de la que no se puede pasar. Le van a dejar, como al héroe de una de las películas que como buen cinéfilo guardara en su filmoteca, sólo ante el peligro.

Sólo ante el peligro de las cajas despojadas y ante ese otro de la corrupción generalizada, en el que España ocupa el decimoquinto lugar de los países más corruptos. El triste consuelo es que en esa materia nos aventajan Grecia, Italia y Portugal. Curiosamente, señor Fiscal General, el ranking de corrupción de los Estados coincide con el ranking de los pueblos europeos más amenazados por la recesión, la deuda, el desempleo y la pobreza.

Eduardo Torres-Dulce sabe seguramente dónde se mete. La duda es hasta dónde podrá o le dejarán llegar; y en cuánto tiempo y en qué estado de salud, físico y profesional, le invitarán a bajarse del «tranvía llamado deseo» de la justicia, condenado a rebobinar, una y otra vez, «La ley del silencio»

¡Qué miserable es la realidad!, ¡Qué grande es el cine!

Definición de la Real Academia Española sobre ‘corrupción’:

En las organizaciones, especialmente en las públicas, práctica consistente en la utilización de las funciones y medios de aquellas en provecho, económico o de otra índole, de sus gestores.

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Autor

Antonio Chinchetru

Licenciado en Periodismo y tiene la acreditación de suficiencia investigadora (actual DEA) en Sociología y Opinión Pública

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